Capítulo 256
Sabrina era esposa de André, y él no se atrevería a tocarle ni un pelo. Fabián lo sabía perfectamente. Su frustracióntente se centraba ahora en aquel anciano médico sin conexiones ni influencia, aunque en el fondoprendía que incluso al atacar a alguien insignificante, debía considerar quién lo respaldaba. El viejo Hernán, por mucho que lo detestara, estaba protegido por sombra de André.
En esta ocasión, tanto Sabrinao los otros dos se habían ntado firmemente en su posición, negándose a cualquier intento de reconciliación. Armar un escándalo solo empeoraría su situación. Fabián, a pesar de su temperamento explosivo, conservaba suficiente lucidez para evaluar estratégicamente sus movimientos. Las consecuencias de un paso en falso podrían costarle herencia del Grupo Guerrero, especialmente con aque carta de indulgencia todavía en manos de Sabrina. No podía permitirse más errores.
Fabián aproximó su rostro al de Araceli, bajando deliberadamente el volumen de su voz hasta converti en un susurro conspirativo.
-Aguanta un poco más. Me enteré que André y Sabrina van a tramitar el divorcio después des fiestas.
Los ojos de Araceli se abrieron desmesuradamente, incapaz de disimr su sorpresa.
-?Divorcio?
-Sí, Sabrina utilizó tu enfermedad y mi cartao amenaza para sacarle diez mil millones a André. él se enfureció tanto que decidió divorciarse.
El escepticismo se dibujó en el rostro de Araceli mientras procesaba aque información inesperada.
-?Es verdad? ?La información es confiable?
Fabián había captado solo fragmentos sueltos de una conversación entre André e Iván. Todo lo demás era pura invención suya. Acercó aún más su rostro,o quienparte un secreto
de estado.
-Es totalmente cierto.
Araceli inhaló profundamente, intentando contrr oleada de emoción que amenazaba con
desborda.
-?Dijiste que harán los trámites después des fiestas?
-Sí, se lo pregunté directamente a André y me lo confirmó.
La voz de Fabián adquirió un matiz de desdén mientras continuaba.
-Pero solo es el período de espera. ?Quién sabe si esa mujer se arrepentirá después? ?Le sacó diez mil millones a André!
Al escuchar aque cifra astronómica, Araceli sintió una punzada aguda en el pecho. "?Por qué
16:21
Capítulo 256
debería Sabrina quedarse con ese dinero?", pensó con amargura. Ese dinero, por derecho, debería pertenecerle a e cuando finalmente se casara con André. Tras un momento de contemción calcdora, Araceli miró directamente a Fabián.
-Tengo una idea para que Sabrina no se lleve ni un centavo.
Con revción del inminente divorcio entre Sabrina y André, Araceli adoptó una actitud sorprendentemente dócil durante los días siguientes.
Durante ese período, Hernán deliberadamente le asignabas tareas más tediosas yplicadas: preparar bebidas medicinales, sificar hierbas por sus propiedades, limpiar instrumentos antiguos. Para asombro de todos, e aceptaba cada encargo sin protestar, ejecutándolos con una diligencia inusitada.
Hernán, intrigado por este cambio radical deportamiento, se acercó a Sabrina y murmuró con suspicacia.
-Algo raro está pasando. ?Qué estará tramando?
Sabrina observaba a Araceli mientras ésta sificaba meticulosamente un conjunto de hierbas secas, con una concentración que nunca antes había mostrado.
-Quizás espera que bajemos guardia para fingir otro desmayo frente a Fabián y André.
Hernán mantuvo su expresión impasible, sin menor se?al de preocupación.
-Que lo hagan si quieren. No me asustan sus artima?as.
Sabrina se inclinó ligeramente hacia él, bajando el tono de su voz.
-Ma?ana voy tarde.
al registro civil para iniciar los trámites de divorcio con André. Llegaré un poco
Hernán, que ya estaba al tanto de situación, asintió con naturalidad. -Deshacer este nudo cuanto antes es lo mejor para todos.
Tras intercambiar algunas pbras más sobre los detalles prácticos del tratamiento, Sabrina verificó hora en su reloj y partió con Romeo, quien esperaba pacientemente junto a
puerta.
Al día siguiente, Sabrina llegó al registro civil con todos los documentos necesarios: su identificación, el libro de familia y, por supuesto, carta de indulgencia cuidadosamente guardada en su bolso.
Esta vez, había aprendido lión. Noetería el error de llegar con demasiada anticipación. Estacionó su vehículo exactamente cinco minutos antes de hora acordada.
Si André osaba llegar tarde nuevamente, no dudaría en hacer trizas aque carta frente a sus
16:21
Capitulo 256
ojos.
As nueve cincuenta y ocho, un automóvil negro de lujo, edición limitada, se detuvo junto al suyo. La puerta se abrió con elegancia calcda y de su interior emergió figura distinguida de un hombre cuyo porte emanaba autoridad natural.