Capítulo 49
Araceli secós lágrimas que humedecíansisuras de sus ojos con un gesto trémulo.
-Se?orita Ibá?ez,prendo que lo que hubo entre André y yo te atormenta, pero ese vínculo pertenece al pasado y se desvaneció hace tiempo...
-Todos cargamos con nuestras historias. ?Es tan imposible otorgar el perdón?
Las pups de Araceli vibrarono hojas al viento mientras su voz se quebraba.
-?Solo mi muerte... acaría tu rencor?
Sabrina elevó barbi, dibujando en susbios una sonrisa desprovista depasión.
-Si eso deseas, entonces muere.
El semnte de André se transformó en un lienzo de severidad.
-?Sabrina!
Una risa amarga escapó de losbios de Sabrina.
-?Por qué esa expresión, André? Fue distinguida se?orita quien manifestó deseos de morir, no yo. Si alguien busca su propio fin, ?debemos cargar con esa responsabilidad?
Los ojos de Araceli se dtaron con espanto mientras gruesas lágrimas brotaban sin control, trazando senderos por sus mejis.
De un impulso se incorporó de si de ruedas y corrió desesperada hacia ventana más
cercana.
-?Si se?orita Ibá?ez anh mi muerte, cumpliré su deseo!
-?Araceli, detén esta locura! -Fabián, dominado por el pánico, se precipitó tras e intentando alcanza.
André también intervino con un gesto cial y voz autoritaria.
-?Araceli, ?qué pretendes hacer?!
Como sumida en un trance febril, Araceli gritó con voz desgarrada.
-?Sé que se?orita Ibá?ez me detesta! ?Si su odio es tan profundo, permítanme
acabar con todo! ?Déjenme! ?Déjenme terminar con esto!
André tensó losbios hasta formar una línea inflexible.
-Contrte.
Las lágrimas fluían incesantes por el rostro depuesto de Araceli, quien,
ajena a toda razón, continuaba gritando con desesperación:
-?Jamás debí volver, jamás debí cruzarme en tu camino!
Capitulo 49
Mientras Araceli escenificaba su intento de autodestrión, el cuarto hospitrio se sumió en un caos absoluto.
Una risa cristalina y cortanteo navaja atravesó confusión reinante con singr nitidez.
-Ya que tanto el se?or Carvalhoo se?orita Gómez se oponen a tu muerte, entonces vive... ?qué tal si en lugar de morir tragas mierda?
Sabrina vó su mirada en Araceli, susbios curvados en una sonrisa demoledora.
-?No es verdad que se?orita acata fielmente mis pbras? No debería resistirse ahora, ?cierto?
Fabián, consumido por furia, se?aló acusadoramente.
-?Sabrina, has cruzado todos los límites!
Con expresión de fingida perplejidad, Sabrina respondió:
-Sugeri su muerte y e corrió a ejecuta. Dado que se?orita interpreta mis
pbraso mandatos divinos, ahora, en un acto de magnanimidad, le ofrezco vivir. ?No les satisface mi generosidad?
Sabrina hizo una pausa estratégica, su rostro iluminándose con falsaprensión.
-Ah, ya veo. ?Preferirían entonces que se quite vida?
-?Sabrina, tú... tú...! -Fabián, con los ojos inyectados de ira, rechinaba los dientes
con tal intensidad ques pbras se ahogaban en su garganta.
André, con mirada sombría, sentenció:
-Sabrina, es suficiente.
Una risa brotó de Sabrina mientras su expresión se transformaba patinamente.
-Quienes deben contenerse son ustedes.
Miró a André con frialdad prante, sus ojos convertidos en pu?ales.
-Aún no los he confrontado por sus iones, y ya invaden mi habitación provocando este espectáculo. André, ?conoces aquel refrán? "El que hace, paga".
-No solo jamás empujé a Araceli, pero aunque lo hubiera hecho, ?merecido lo tendría!
André estaba a punto de replicar cuando puerta de habitación se abrió abruptamente.
-?Qué sucede aquí? ?A qué se debe tanto alboroto? -Una voz masculina, profunda y magnética, resonó desde el umbral.
Gabriel se detuvo momentáneamente al contemr escena poda de tensión.
Al observar a Araceli con el rostro ba?ado en lágrimas, a Fabián desfigurado por
Capitulo 49
Esbozó una leve sonrisa conciliadora.
-Disculpen interrupción, pero el médico ha enfatizado que Sabrina necesita
reposo absoluto. Cualquier asunto pendiente deberán resolverlo después de que reciba el alta médica.