Capitulo 3
Capítulo 3
Sabrina inclinó cabeza con un gesto firme, aunque sus ojos destban un torbellino de mncolía y resolución que no podía ocultar.
-Dani, ?tú crees que estoy segura? -respondió con una voz que temba apenas,o si buscara afirmarse más a sí misma que a su amiga-. Es lo mejor para todos, y eso lo tengo
ro.-
Dani envolvió en un abrazo cálido, un refugio silencioso ante tormenta que Sabrina cargaba en su pecho.
-Sabes que aquí me tienes para lo que sea, ?verdad? Pase lo que pase, no estás s -le aseguró Dani, soltánd con suavidad, mientras sus manos dejaban un eco de apoyo en los hombros de su amiga.
Sabrina esbozó una sonrisa frágil, un destello de gratitud que iluminó por un instante penumbra de su corazón.
Se deslizó al interior del auto, y cuando el motor cobró vida con un ronroneo sordo, sus ojos se posaron una última vez en casa que había sido su mundo. Aquel rincón donde los días felices se entrzaban con sombras de promesas
rotas.
SU
"Thiago... ?y si un dia me perdonas por esto?", pensó, mientrass pbras de su hijo danzaban en su menteo un eco doloroso. Dejarlo atrás le desgarraba el alma, pero en interior florecia certeza de que debía trazar su propio sendero, uno libre des cadenas de André y del espectro de Araceli.
El auto se alejo, y Sabrina cerró los ojos, dejando que una bocanada profunda de aire llenara sus pulmones. Era el umbral de una nueva historia, un lienzo en nco donde anhba pintar paz y alegria que tanto había perseguido.
El camino hacia esa vida recién nacida estaba sembrado de dudas, pero también de promesas tenues que bribano luciérnagas en penumbra. Sabrina sabía que no sería sencillo, pero una chispa de valentia ardía en e, dispuesta a enfrentar lo que viniera.
Dani conducia a sudo en un silencio respetuoso, dejando que el rumor del motor llenara el vacío. Comprendía que Sabrina necesitaba ese espacio para cosers heridas abiertas y redescubrirse en los fragmentos de su ser.
Tras un trayecto que pareció estirarseo el horizonte, llegaron por fin. Un peque?o apartamento se alzaba en una esquina serena de Bogotá, modesto pero cargado de posibilidades. Para Sabrina, era más que cuatro paredes: era un
amanecer.
Bajo del auto y contempló el edificio con un nudo de nervios y una corriente de ilusión recorriéndoles venas. Dani, siempre fiel, escoltó hasta puerta, cargando una maleta que parecía pesar más por los recuerdos que por ropa.. Capitulo 3
-Bienvenida a tu nuevo hogar, Sabrina -dijo Dani, con una sonrisa que destba aliento yplicidad.
-Gracias, Dani, de verdad -respondió Sabrina, y en su voz se coló un suspiro de alivio al cruzar aquel umbral.
Al entrar, supo que el sendero por dnte estaría lleno de espinas, pero también de flores por descubrir. Con el apoyo de sus amigos y esa ma interior que impulsaba a buscar felicidad, tenia certeza de que, paso a paso, lo conseguiría.
Los díasenzaron a deslizarseo hojas en el viento, y Sabrina fue tejiendo su nueva rutina. Se volcó en su trabajo y en levantar un refugio de calma y luz para si misma. Poco a poco,o quien encuentra un tesoro enterrado, halló retazos de paz que tanto había a?orado.
A pesar de distancia, no soltaba el hilo que unia a Thiago. Le enviaba mensajes breves, llenos de cari?o, y lo maba para escuchar su voz, asegurándose de que estuviera bien. Sabia que él necesitaba tiempo para descifrar aquel torbellino de cambios, pero confiaba en que algún día lo entenderia.
Y asi, Sabrina siguió adnte, con mirada fija en forjar una existencia plena de
sentido y dicha. Era un viajergo, un tapiz que bordaba con paciencia, pero lo recorría con esperanza de un ma?ana luminoso anda en el alma.
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