Capítulo 2
-Sabrina, no olvidé tu cumplea?os, y ya tengo listo el regalo para ti-dijo André, su voz firmeo si intentara apaciguars aguas que él mismo había agitado.
-?Regalo? Sabrina esbozó una sonrisa tenue, cargada de una dulzura amarga-. La cadena de mi madre, ?no se entregaste ya a se?orita Vargas?
Esa cadena, reliquia de su madre fallecida, había sido su único consuelo tangible tras perde. Sin embargo, el dia del nacimiento de Thiago, desaparecióo un suspiro en el viento. André le había jurado recupera, y lo hizo, solo para cedérs a Araceli sin titubear.
André mantuvo su semnte impasible, sin rastro de culpa ni turbación. Sus ojos
oscuros,
más profundos y ensombrecidos que nunca, parecian pozos insondables bajo tenue iluminación deledor.
-Esa cadena solo se presté a Araceli -respondió con calma-. Te devolverá pronto, en cuanto sea posible.
-?Pronto? -replicó Sabrina, su voz afda por incredulidad-?Qué significa eso? ?El dia en que e exhale su último aliento?
?Sabrina! cortó él, su tono gélido y autoritario resonó en el aire. Sus ojos, fruncidos, desteron con una ira contenida que rompía su habitual máscara de indiferencia.
-Ya basta -sentenció, y pbra cayóo un telón pesado entre ellos.
Basta. Sabrina sintió que esas sbas reverberaban en su pecho. Estaba agotada, hastiada departir su vida con un esposo que reservaba su corazón para otra, de un hijo que apenas mirabao madre, de una familia politica que tratabao un adorno prescindible.
-A Araceli solo le queda medio a?o de vida-continuó André, su voz ahora más baja pero igualmente cortante-, Hasta Thiago entiende eso y sabe serpasivo. ?Por qué tú no puedes dejar dedo esa mezquindad?
En ese instante, algo en Sabrina se quebró. No quiso seguir soportando el peso de esa culpa que no le pertenecía.
-?Qué me importa cuánto tiempo le queda? -respondió, su voz fria y serenao ungo hdo-. E no es nada mio, André. ?Por qué tendría que cargar con su sombra?
André no esperaba esa réplica de siempre sumisa Sabrina. Sus ojos se endurecieron, vdos por una furia silenciosa que parecía contener a duras penas.
-Pensé que habíamos llegado a un acuerdo -dijo, cada pbra medida,o si intentara recordarle un pacto tácito que e nunca habia aceptado de corazón.
Sabrina dejó escapar una sonrisa leve, casi quebradiza.
-ro, un acuerdo -murmuro-. E anh revivir chispa de su primer amor, y yo debo quedarme a undo viendo cómo ustedes dos reavivan esa ma. Capitulo 2
-Quiere una boda -prosiguió, su voz temndo apenas-, y tú le entregas que neé con tanto esmero, detalle por detalle.
-Tengo que ver cómo toman a Thiago de mano y caminan juntos hacia el altar,o familia perfecta que nunca seremos.
-E sue?a con recorrer el mundo, y tú llevas a descubrir cada rincón, mientras yo me quedo aquí, olvidada.
-Dime, André, si pidiera luna, ?no encontrarías manera de arranca del cielo solo
e?
para
Habian pasado cinco a?os desde su boda secreta, un matrimonio sin fanfarria ni vestido nco. Una vez, Thiago, con inocencia de sus ojos infantiles, le preguntó cómo luciría su madre de novia. André, entonces, prometió una ceremonia perfecta, dise?ada al gusto de Sabrina. E invirtió meses enteros en cada elión, solo para que Araceli, con una s súplica, se adue?ara de ese sue?o.
Los ojos de André se oscurecieron aún más, su mirada ahora un abismo hdo.
-Sabrina, estás yendo demasiado lejos -advirtió, su voz baja pero cargada de reproche.
?Demasiado lejos? El nudo en el pecho de Sabrina se apretó, y cerró los ojos, dejando que decepción envolvierao una marea lenta.
Por a?os, se ha esforzado en ser esposa ideal, madre devota. Pero no importaba cuánto lo intentara: André siempre mantuvo esa barrera invisible entre ellos. E creyó que eral su naturaleza distante, hasta que Araceli reapareció y le mostró que aquel hombre, admirado por su frialdad en los negocios, podía arder de pasión cuando quería.
Tomó del escritorio el acuerdo de divorcio que había preparado con manos temblorosas días
atrás.
-Ya firmé -dijo, su voz suave pero firme-. Hazlo tú también cuando puedas. Si logras que Araceli sea se?ora Carvalho oficial antes de que muera, estoy segura de que partirá con una
sonrisa.
Losbios de André se apretaron en una linea dura, su rostro rigidoo piedra tada. La molestia era evidente en cada ángulo de su expresión.
-?Y Thiago? -preguntó, su tono cortanteo el filo de una hoja.
-Que se quede con ustedes -respondió Sabrina, casi en un susurro-, Con familia Carvalho.
El abrió boca para replicar, pero un sonido agudo lo interrumpió. Sut urgencia sobre mesa.
vibró con
-?André, es una emergencia! -gritó una voz al otrodo de línea. ?Araceli se desmayo de repente y llevaron a urgencias!