Capítulo 454
Incluso si eso significaba divorciarse de Sabrina.
En ese momento, no sabía si era por enfermedad, pero un sentimiento extra?oenzó a surgir en el fondo de su corazón.
-André, André, ?me estás escuchando? voz de Araceli interrumpió sus pensamientos.
André volvió en sí, y esa extra?a emoción se desvaneció rápidamente sin dejar rastro alguno.
Con una voz ronca, dijo:
-ma a Sabrina, dile que venga aquí de inmediato.
Araceli pensó que André quería confrontar a Sabrina, así que asintió.
-Está bien.
Después de recibir mada de André, Sabrina terminó de desayunar antes de dirigirse lentamente al hospital.
Justo cuando llegó a puerta de habitación, escuchó voz de Araceli desde adentro.
-André, por favor,e un poco. Si noes algo, ?cómo esperas mejorar? Después de un rato, se escuchó voz del hombre, un tanto ronca.
-No, no tengo apetito.
Araceli intentó insistir, pero Sabrina ya había tocado puerta y entrado a habitación.
Al ve entrar, los ojos de André briron levemente, fijándose instintivamente en sus manos.
Sabrina solo llevaba un bolso, no traía nada más consigo, ni siquiera un ramo de flores, lo más básico al visitar a un enfermo. Y mucho menos alguno de los remedios caseros que solía
preparar.
Los ojos de André se oscurecieron un poco.
Sabrina echó un vistazo a situación, Araceli sostenía un tazón de sopa caliente, intentando
alimentar a André.
André parecía no querer aceptarlo.
Sabrina miró sopa ens manos de Araceli y sugirió amablemente:
-Se?orita, el se?or Carvalho es muy exigente con suida, no le gustará sopaprada. Tienes que cocina tú misma para que él acepte.
Al principio, André no era tan exigente. Pero con los a?os, Sabrina había refinado su pdar.
Al ver a Sabrina, expresión de Araceli se tornó fría.
19:30
Capítulo 454
-?Acaso se?orita Ibá?ez viene a suplicar el perdón de André?
Sabrina sonrió con calma.
-El que debe pedir perdón es él, no yo.
Sabrina dirigió su mirada hacia André y le preguntó con indiferencia:
-Se?or Carvalho, ?cómo se siente ahora?
André miró fijamente.
-Quieroer sopa que tú cocinas.
La expresión de Araceli se congeló.
Sabrina permaneció impasible.
-Si quiereser, que se?orita o el personal de servicio preparen. André, ya no soy cocinera de tu casa.
Los ojos oscuros de André reflejaron su expresión indiferente.
Antes, cada vez que él enfermaba o sestimaba, e mostraba preocupación.
Pero esta vez, lo mirabao si fuera unpleto extra?o.
La voz de André se tornó inexplicablemente apagada.
-Sabrina, con esa actitud, ?no te preocupa que te haga responsable de esto?
Sabrina respondió con una pregunta:
-?Te atreverías?
Al notar expresión cambiada de Araceli, Sabrina sonrió.
-No me malinterpretes, no me refiero a que me extra?es a mí, sino a mi estudio y
asposiciones que he creado.
Volteó hacia Araceli.
-Se?orita, no necesita ser tan cautelosa conmigo. Para anarte el camino, el se?or Carvalho ha hecho mucho.
Si no hubiera sido tan insistente, sin dejarme un respiro, no hubiera tenido que tomar medidas drásticas.
Que el se?or Carvalho esté herido en el hospital es prueba de su profundo afecto por ti.
La mirada de Araceli se detuvo, sorprendida por esta nueva revción.
Sus ojos mostraron un destello de emoción.
-Estoy conmovida por todo lo que has hecho por mí. Pero...