Capítulo 314
No se atrevía a provocar a Sabrinao antes; temía que e no cayera en su trampa. Sin embargo, con tantas adquisiciones peque?as acumulándose gradualmente, dudaba que Gabriel estuviera dispuesto a financiar todas esaspras. Fabián participó en varias subastas más y, en cada ocasión, Sabrina adquiría precisamente lo que él intentaba conseguir. Al principio, Fabián se sentíacido, convencido de que finalmente había logrado que Sabrina despilfarrara una considerable suma de dinero. Pero cada vez que e pagaba con su tarjeta sin alterar su expresión y recogía los artículos con serenidad,enzaba a cuestionarse si su estrategia realmente estaba funcionando. Los gastos acumdos de Sabrina ya superaban los cien millones.
La mirada inquisitiva de Fabián se posó nuevamente sobre Gabriel. Este no había participado en ninguna des pujas y mantenía perpetuamente una leve sonrisa enigmática en susbios, dejando a todos en incertidumbre sobre sus pensamientos. La mente poco brinte de Fabiánenzó a confundirse nuevamente, atormentada por dudas persistentes.
“?Qué está pasando aquí realmente? ?Quiere Sabrinaprar estas cosas o no?", se preguntaba internamente.
Con esta incertidumbre acechándolo, Fabián volvió apetir contra Sabrina en siguiente subasta. Cuando elevó su oferta a noventa millones, e
repentinamente dejó de pujar.
"i?Qué diablos le pasa a esta mujer?!", pensó frustrado.
Sin embargo, no solo Fabián, incluso Araceli era incapaz de descifrars intenciones de Sabrina. Si Fabián ofrecía una suma elevada, Sabrina se retiraba; si él abandonaba, epraba sin titubear ni mostrar arrepentimiento posterior.
A estas alturas, subasta parecía haberse convertido en un espectáculo protagonizado exclusivamente por Sabrina y Fabián. Todos los presentes los observaban con expresiones indescriptibles,o si contemran a dos acauddos insensatos despilfarrando dinero. Que siguieran con su contienda; al menos esa noche habría entretenimiento de calidad.
Antes del inicio de subasta, se había distribuido un catálogo detando los artículos que saldrían a puja. Fabián tenía especial interés en adquirir ciertos objetos específicos. No obstante, tras su prolongada bata con Sabrina, esos artículos codiciados aún no habían sido presentados, y su presupuesto se encontraba prácticamente agotado. Realizando un cálculo minucioso,probó que ya había gastado más de doscientos millones de pesos colombianos, incluyendo todo el dinero que su padre le había proporcionado paraprar el obsequio de cumplea?os de su madre.
Fue entonces cuando Fabián, recuperando finalmente lucidez,prendió que había adquirido numerosos objetos sin verdadero valor
para él.
De repente, una hermosa y exquisita cadena con un colgante engastado con gemas de un intenso azul marino apareció ante los ojos maravidos de los asistentes. El cor
20:07
Capitulo 314
resndecía con un brillo hipnótico bajo iluminación, tan sobrecogedor que dejaba sín aliento a quienes lo contemban.
Los ojos de Araceli se iluminaron instantáneamente con admiración y reconocimiento.
"?Es... Azul Profundo!"
Azul Profundo era precisamente el cor queplementaba su violín Mar Profundo. La leyenda narraba que los antiguos propietarios de ambas piezas habían sido una pareja unida por un amor trascendental. Posteriormente, el due?o de Azul Profundo pereció en un trágico idente, y el poseedor de Mar Profundopuso una melodía que alcanzó enorme fama antes de desaparecer sin dejar rastro. Incluso su preciado violín había pasado a ser patrimonio público.
Algunos sostenían que había fallecido; otros especban que, devastado por pérdida de su amado, había perdido inspiración para tocar, viéndose obligado a vender el instrumento. Independientemente de versión auténtica, constituía una historia profundamente conmovedora.
Debido a que Mar Profundo era reconocidoo uno de los violines más prestigiosos del mundo, el valor del cor Azul Profundo también se había incrementado considerablemente. Sin embargo, resultaba innegable que esta joya poseía una belleza extraordinaria. Cualquier mujer que posara sus ojos en e sucumbiría inevitablemente a su encanto.
Araceli contemba fijamente el cor exhibido sobre el podio cuando súbitamente pareció percatarse de algo y dirigió rápidamente su mirada hacia André.
-André, tú...
La voz de André resonó baja y nítida en respuesta.
-Te prometí que te iba a regr un cor nuevo.