Capítulo 303


    Araceli, al confrontar a una persona sin respaldo significativo, abandonó porpleto su fachada. Durante su estancia en clínica, incluso consideró envenenar a Hernán, convencida de que merecía tal castigo por ayudar a Sabrina aplicarles cosas. Frente as advertencias del anciano, Fabián, lejos de enfurecerse, se deshacía en carcajadas. Una amenaza proveniente de alguien con simr poder provocaría ira; cuando diferencia resulta abismal, se convierte en meraedia.


    -?Hacerme tragar mis pbras! ?Tú? ?Qué risa! Viejo ridículo, ?de verdad te crees tu propio personaje?


    Hernán, con su volátil carácter, sucumbió instantáneamente ante provocación de Fabián, estando en cólera incontrble.


    -?Mocoso insolente! La próxima vez que vengas a buscar mi ayuda, no seré tanprensivo. Mejor reza para no caer en mis manos.


    Sabrina contemba escena en silencio, absteniéndose de intervenir. Gabriel, observando a Hernán discutir acaloradamente con Fabián, frunció el ce?o mientras intentaba recordar por qué aquel anciano le resultaba tan familiar.


    -?Qué rción tienes con este se?or? -preguntó Gabriel en tono discreto.


    -Vine por unos remedios... podría decirse que eso un mentor para mí - respondió Sabrina. -?Desde cuándo lo conoces?


    -Como tres a?os, más o menos.


    Los ojos prantes de Gabriel parecían un océano insondable. -Se ve que son muy cercanos. Sabrina, sin detenerse a reflexionar demasiado, explicó: -He aprendido mucho de él sobre medicina natural... Aunque a veces parece un ni?o, es una persona con buen corazón.


    Losbios de Gabriel se movieron ligeramente, pero finalmente optó por guardar silencio.


    Tras varios minutos de intercambio de insultos, Hernán, aprovechando su momentánea ventaja, colgó el teléfono con infantil satisfión. Fabián, al otrodo de línea, maba frenéticamente, pero el anciano persistía en cortar cada intento.


    -?Bah! ?Competir conmigo? Ni siquiera sabe contra quién se está metiendo - deró Hernán con evidente satisfión.


    Todos se quedaron cados.


    Después de ayudar a ordenar el desastre en clínica, Sabrina y sus


    pa?antes se marcharon. Gabriel condujo hasta el edificio de apartamentos donde residía Sabrina, dejánd


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    allí junto con Dani antes de partir en su automóvil. Siempre había sido extremadamente respetuoso, jamás había solicitado subir al apartamento, ni siquiera tras el divorcio de Sabrina,portamiento que mejoró considerablemente impresión que Dani tenía de él.


    Mientras ascendían en el elevador, Danientó:


    -Gabriel es bastante decente. Es discreto, caballeroso y te ha echado mano muchas veces. ?No crees que deberías darle una oportunidad?


    Respecto as "dulces pbras" de Gabriel, Dani no les otorgaba importancia. Había notado que cada vez que André estaba presente, Gabriel hacíaentarios ambiguos principalmente para molestarlo. En sus interiones cotidianas, raramente pronunciaba algo inapropiado o realizaba iones que traspasaran los límites. No solo evitaba colocar a Sabrina en situaciones incómodas, sino que tampoco proporcionaba a André excusas para acusa; de lo contrario, conociendo mezquindad de André, fácilmente habría alegado infidelidad.


    -Acabo de divorciarme y no quiero saber nada de rciones por ahora. Prefiero concentrarme en mi carrera -respondió Sabrina-. Además, Gabriel y yo somos solo amigos. No digas esas cosas, no quiero que Romeo escuche algo así.


    -Romeo me ha dicho varias veces que quiere que seas su mamá -murmuró Dani-. Dice que cuando te divorciaras, quería juntarte con su papá.


    -Las pbras de un ni?o no hay que tomas tan en serio -respondió Sabrina con una sonrisa.


    -Ding.


    El ascensor se detuvo suavemente en el piso de Sabrina y ambas mujeres


    salieron al pasillo. Al acercarse a su hogar, Sabrina descubrió con sorpresa que


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