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    Capítulo 274


    Sabrina observó el calendario frente a e mientras marcaba fecha en su agenda. Veinticinco días restantes para que finalizara el período de espera del divorcio. Una espera interminable que se extendía ante eo un desierto sin horizonte. Mientras contemba este pensamiento, el tono musical de su teléfono interrumpió el silencio de habitación.


    Tras verificar identidad del mante, Sabrina deslizó su dedo sobre panta para responder. Del otrodo de línea llegó voz irritada de André, cargada de reproche.


    -?No me prometiste darle primero un tratamiento médico a Araceli? Hoy fue a buscar el medicamento y no se lo diste.


    Sabrina anticipaba esta mada. Una cosa era que Araceli se negara a tomar el medicamento; otra muy distinta que Sabrina no se lo proporcionara. Era perfectamente predecible que Araceli correría a quejarse con André, fabricando así "prueba" de que Sabrina deseaba su muerte. -Le di carta de entendimiento ys medicinas, pero tú, además de iniciar el período de espera para nuestro divorcio, no has cumplido con nada más.


    André captó inmediatamente el mensaje implícito ens pbras de Sabrina, y su tono se enfrió notablemente.


    -?Otra vez quieres negociar conmigo?


    Losbios de Sabrina se curvaron en una sonrisa apenas perceptible, aunque su interlocutor no pudiera ve.


    -Lo que prometí hacer, voy a cumplirlo. Pero tampoco pienso trabajar por nada y que me vean cara. Deposita mil millones de pesoso adnto y le daré el resto del medicamento a Araceli.


    La voz de André adquirió un tono cial al responder.


    -?Nunca has escuchado que avaricia rompe el saco? Si eres demasiado ambiciosa, te vas a quedar sin nada.


    Sabrina fue directa en su réplica, sin permitir que intimidación de André afectara.


    -Hasta ens tiendas se paga un anticipo por los pedidos, ?cómo no voy a pedirlo por medicinas que salvan vidas? Estas medicinas se hacen con hierbas raras y caras. Si de repente decides que nos necesitas, nuestras pérdidas serían enormes. Cuando lepras una casa a Araceli gastas más de mil millones, y cuando te pido un adnto de mil millones, ?me mas ambiciosa? André, qué bien aplicas doble moral, ?no?


    Un silencio tenso se extendió por varios segundos antes de que André respondiera, evidentemente desarmado por lógica de Sabrina.


    -Dale el medicamento a Araceli ahora y te transferiré el dinero.


    Sabrina dirigió su mirada hacia Araceli, quien triturabas hierbas medicinales con expresión


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    de profundo fastidio, y respondió con firmeza.


    -Primero transfiere el dinero y después le darés medicinas.


    En los últimos días, Araceli había estado provocando dificultades constantemente, lo que había extendido el trabajo por varios días adicionales. Sin embargo, se negaba obstinadamente a acelerar el proceso,pletando apenas una bolsa de hierbas diariamente. Hernán, observando situación, optó por asignarle únicamente tarea de molers hierbas medicinales. Para su desconcierto, resultó aún más ipetente en estabor, arruinando numerosas hierbas valiosas en el proceso.


    Con sus a?os de experiencia, Hernán podía discernir ramentes intenciones que motivaban a Araceli. ?No era acaso un esfuerzo deliberado por sabotear el trabajo, esperando que él desistiera y liberara de sus responsabilidades? Pero Hernán no caería en semejante


    estratagema.


    Determinado a mantener el orden, Hernán estableció una cuota diaria de trabajo. Si nopletabas tareas asignadas para el día, deberíapensarlo al siguiente, acumulándose hasta su finalización. Después de todo, el tiempo estaba de sudo en esta bata de


    voluntades.


    La tarea de moler hierbas resultaba significativamente más agotadora y meticulosa que selionas, ys manos de Araceli se cubrieron gradualmente de dolorosas ampos. Mientras observaba a Hernán atendiendo pacientemente


    a sus pacientes, un destello frío y venenoso iluminó brevemente los ojos de Araceli.


    Con movimientos sigilosos, tomó un peque?o frasco de poa que contenía un veneno recientemente extraído de una serpiente por Hernán. Sis medicinas que Hernán prescribía a sus pacientes faban, su reputación quedaría irremediablemente destruida. Siendo su último día allí, y consumida por el resentimiento hacia Hernán por sus constantes exigencias, Araceli decidió causarle algunos problemas significativos.


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