17kNovel

Font: Big Medium Small
Dark Eye-protection
17kNovel > La Guerra de una Madre Traicionada > Chapter 231

Chapter 231

    Capítulo 231


    Hernán observó a André con una sonrisa enigmática dibujada en su arrugado rostro, sus ojos brindo con astucia ancestral.


    -?No vinieron aquí por medicinas para e?


    Fabián parpadeó desconcertado, su ce?o frunciéndose en una expresión de perplejidad absoluta.


    -Pero dijiste que no podías saber qué tenía Araceli.


    -No lo detecté -contestó Hernán encogiéndose de hombros. Lo adiviné.


    Fabián quedó sin pbras, su mandíb tensa por indignación.


    "?Qué viejo tan insoportable! Igual de bocón que Sabrina."


    André, ya advertido por Fabián sobre el peculiar temperamento del anciano, no se inmutó ante su sarcasmo. vó su mirada prante en los ojos de Hernán y habló con voz grave y contrda, cada pbra medida con precisión.


    -?Cuánto tiempo puede rgar su vida?


    Hernán examinó a Araceli nuevamente. Sus ojos, aunque nudos por edad, relucían con agudeza de un depredador experimentado, disionando cada detalle. Araceli sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral, su cuerpo tensándose involuntariamenteo si aque mirada hubiera desnudado cada una de sus mentiras.


    -Puedo cura -afirmó Hernán apartando mirada con una seguridad astante.


    André y Fabián quedaron estupefactos, el asombro reflejado en sus rostros congdos. Las enfermedades terminales no cedían fácilmente. Habían consultado a eminencias médicas mundiales, pero todos se habían derado impotentes frente al diagnóstico de Araceli. A estas alturas, no aspiraban a una cura mgrosa; solo anhban prolongar su existencia aunque fuese por un breve período. Y ahora este viejo afirmaba poder erradicarpletamente su enfermedad mortal.


    La mirada de André se tornó cial, su voz cortanteo el filo de una hoja afda.


    -?Está seguro sin haberle tomado el pulso ni revisado sus estudios?


    -?Por qué crees que me dicen el médico mgroso? -respondió Hernán sin el menor atisbo de duda.


    -?Estápletamente seguro? -insistió André, su mirada intensificándose.


    Fabián también lo tdró con los ojos, su voz cargada de advertencia.


    -Si nos estás enga?ando, no solo no te daremos ni un peso, también destruiremos tu reputación.


    15:01


    Hernán dirigió su atención hacia Fabián, imperturbable. -?Acaso me equivoqué con los sintomas que mencioné?


    Fabian enmudeció, atrapado en su propia trampa verbal.


    -Los que vienen conmigo deben saber que no siempre cobro dinero -deró Hernán, con el porte digno de un sabio ermita?o-. En su caso, no les cobraré nada.


    -Si no quieres dinero, ?qué quieres entonces? -preguntó Fabián, confusión evidente en su


    VOZ.


    Hernán esbozó una sonrisa misteriosa, sus ojos entrecerrados con astucia. -Quiero...


    Sabrina intentóunicarse con André sin éxito. Poco después, recibió una mada inesperada de Hernán.


    -La clínica está repleta estos días y me falta ayuda -le dijo el anciano-. Si no tienes nada que hacer, ven ma?ana.


    Sabrina dudó brevemente antes de responder, el silencio prolongándose durante segundos incómodos.


    -?Qué pasa? -cuestionó Hernán con un tono ligeramente irritado-. ?Ya no necesitas mis medicinas y no puedes molestarte?


    -No es eso -se apresuró a arar Sabrina-. Te dije antes que estoy cuidando a un ni?o. Justo estamos en el descanso de Semana de Independencia y su papá está fuera por trabajo.


    Hernán suavizó su tono al escuchar explicación.


    -?Es el ni?o que quería actuar contigo?


    -Sí.


    -Tráelo contigo -resolvió Hernán con pragmatismo-. No hay problema.


    -Voy ma?ana -aceptó Sabrina rápidamente.


    Hernán rara vez solicitaba su ayuda, lo que significaba que realmente debía estar sobrepasado de trabajo en esta ocasión.


    Esa noche, cuando Sabrina le contó a Romeo sobre el n, el peque?o se entusiasmó visiblemente.


    -?Es el abuelito que te ense?ó a hacer remedios? -preguntó con ojos brintes-. ?Quiero aprender medicina con él! Así cuando te enfermes, puedo prepararte tus medicinas.


    -Romeo, vamos a ayudar, no a jugar -le recordó Sabrina con suavidad-. Puede ser muy


    15:01


    Capitulo 231


    cansado.


    -No importa si me canso. Mientras esté con se?orita Sabrina, haré lo que sea.


    212
『Add To Library for easy reading』
Popular recommendations
The Wrong Woman The Day I Kissed An Older Man Meet My Brothers Even After Death A Ruthless Proposition Wired (Buchanan-Renard #13)