17kNovel

Font: Big Medium Small
Dark Eye-protection
17kNovel > La Guerra de una Madre Traicionada > Chapter 103

Chapter 103

    Capítulo 103


    Dani percibió el tono extra?o en voz de Sabrina y le respondió con voz queda, mientras el médico continuaba aplicando medicamentos en sus heridas.


    -Mira, Sabrina, al final Araceli tomó una decisión extrema por lo que dije. Aunque sea tu amiga, si André vino a pedirme cuentas, pues no puedo culparlo. Araceli arriesgó su vida, terminó en urgencias y sufrió muchísimo. En cambio yo, ?qué perdí con disculparme? Nada. Al contrario, salí ganando.


    Dani, conocida por su temperamento explosivo, en esta ocasión mostraba una serenidad desconcertante. Sus ojos, enmarcados por los moretones, reflejaban cierta resignación.


    -No culpes a André por esto. Si no fuera por ti, créeme que esto no habría terminado tan fácil. Te lo digo en serio.


    Sabrina sabía que Dani tenía razón, pero aun así sentía una opresión en el pecho que no lograba disipar. Observó detenidamentes heridas en el rostro de su amiga, sintiendo una mez de culpa e impotencia.


    -Pero esas heridas...


    -Estas marcas no mes hizo André. Cada quien debe cargar con sus propias culpas, no es responsabilidad de él. Sabrina, quizás este sea precisamente el n de Araceli. No caigas en su juego.


    Dani miró con intensidad, sus ojos transmitían una advertencia silenciosa que Sabrina no pudo ignorar. El silencio entre ambas se volvió denso, solo interrumpido por el suave golpeteo en puerta que anunciaba una nueva presencia.


    Una figura delgada entró con pasos lentos y medidos.


    -Fabián meentó que te vio abajo... Me enteré que se?orita Dani estaba herida y vine a ver cómo se encontraba.


    Al ver a Araceli, el rostro de Dani se endureció instantáneamente.


    -Miren quién llegó, víbora haciéndose pasar por santa.


    Araceli ignoró elentario mordaz y dirigió una sonrisa afectada hacia Sabrina.


    -Qué bueno, se?orita Ibá?ez, finalmente encontró a su amiga.


    Sabrina enfrentó mirada de Araceli sin vacr.


    -?Fue usted quien mandó secuestrar a Dani?


    Aracelipuso una expresión de confusión perfectamente calcda.


    -?De qué está hando? No entiendo nada de lo que dice...


    Ante su evidente actuación, Sabrina avanzó un paso, endureciendo mirada y el tono de voz.


    17-21


    -No importa si no quiere admitirlo. Ya mé a policía y pronto sabremos toda verdad.


    Sabrina, sin recursos ni influencias, había enfrentado enormes dificultades para rescatar a Dani. Decidida a llegar hastas últimas consecuencias, recurrió as autoridades, quienes finalmente lograron localizar y liberar a su amiga.


    -Llegas justo a tiempo. Si no hubieras venido, igual pensaba buscarte.


    Araceli no se inmutó ante amenaza vda. En lugar de mostrarse preocupada, esbozó una sonrisa ligera y confiada.


    -André no lo permitirá.


    En ese preciso instante, puerta de habitación volvió a abrirse. Dos oficiales uniformados entraron con paso firme y se dirigieron directamente hacia Araceli.


    -?Es usted se?orita Araceli Vargas Montero?


    Araceli asintió con un movimiento casi imperceptible.


    -Sí, soy yo.


    -Está acusada de secuestro. Por favor, pá?enos aandancia. -Yo no hice absolutamente nada. ?No se estarán confundiendo de persona? -Para arar cualquier confusión, tendrá que cborar con investigación. Mientras los oficiales haban, se aproximaron para escoltar a Araceli. Sin embargo, antes de que pudieran siquiera toca, enzó un rido desgarrador.


    -?Aaahh!


    El grito no solo sobresaltó a los policías, sino que también dejó perplejas a Sabrina y Dani. La expresión de Araceli cambió drásticamente, transformándose en una máscara de terror absoluto. Sus ojos adquirieron un brillo febril mientrasenzaba a gritar frenéticamente.


    -?Yo no fui! ?Yo no fui! ?No se me acerquen! ?Les juro que no fui yo! ?Por favor, créanme!


    El cambio tan radical dejó a todos los presentespletamente atónitos. Araceli, presa de un aparente ataque de nervios, se aferró desesperadamente a mano de Sabrina.


    -Se?orita Ibá?ez, le juro que yo no hice nada... déjeme ir, por favor... ?podría pedirles que me dejen en paz?


    Las u?asrgas y afdas de Araceli se hundieron en piel de Sabrina. El dolor agudo hizo que retirara instintivamente su mano, mientras observaba con desconcierto transformación de aque mujer que segundos antes mostraba una calma inquebrantable.


    212
『Add To Library for easy reading』
Popular recommendations
The Wrong Woman The Day I Kissed An Older Man Meet My Brothers Even After Death A Ruthless Proposition Wired (Buchanan-Renard #13)