Capítulo 41
Los numerosos periodistas intercambiaron miradas cómplices antes de dibujar en sus rostros sonrisas addoras que no alcanzaban sus ojos.
-Ya que el se?or Carvalho lo dispone, acatamos sus deseos sin objeción alguna.
Abandonaron el lugar con premura, sin atreverse siquiera a permanecer ocultos para capturar imágenes furtivas.
?Quién era André Carvalho? Cualquiera que osara desafiarlo no podría mantenerse a salvo en
esta ciudad.
Una vez que los periodistas se dispersaron, el ambiente se tornó mortecino.
Al contemr a Sabrina refugiada en brazos ajenos, los ojos de André se ensombrecieron, impregnando atmósfera de una hostilidad tangible.
Apenas separó susbios para pronunciar dos pbras imcables. -Bájate ahora.
Ser sostenida por un desconocido ya provocaba en Sabrina una profunda iodidad.
Con su reputación esparcidao pólvora, lo último que deseaba era arrastrar a Gabriel hacia aquel torbellino.
-Permíteme bajar, por favor -musitó Sabrina con voz apenas audible.
Gabriel, aparentemente inmune a expresión sombría de André, respondió: -Imposible. Tu tobillo está lesionado y requieres atención médica inmediata.
La mirada de André permanecía vada en el rostro de Sabrina; sus profundos ojos, ahora convertidos en témpanos, irradiaban una intensidad perturbadora.
-Sabrina, te ordené que bajaras -cada sba cayóo una sentencia inapble.
André siempre había sido un maestro ocultando sus emociones; rara vez Sabrina presenciaba fisuras en su imperturbable fachada.
Ahora, sin embargo, su mirada reflejaba un abismo de oscuridad, contemplándoloso si observara algo profundamente detestable.
Ante inmutabilidad de e, su semnte adquirió un matiz aún más intimidante.
Con pasos deliberadamente lentos,enzó a aproximarse hacia ellos.
André extendió su mano para arrebatar a Sabrina.
Gabriel intentó bloquearlo con su brazo, pero al sostener el peso de e, no logró impedir ión de André.
Sabrina fue extraída de los brazos de Gabriel con un movimiento brusco.
13
20-11 E
Caph
él apresó firmemente su mu?eca mientras giraba para marcharse.
Al contacto con el suelo, el tobillostimado de Sabrina protestó con un dolor punzante.
Súbitamente, su mano libre fue capturada por alguien más.
André detuvo su avance y enfrentó a Gabriel con voz impregnada de desdén.
-Suélt inmediatamente.
Gabriel esbozó una sonrisa despreocupada que no alcanzó sus ojos.
-Esa exigencia debería pronuncia yo.
André, con actitud desde?osa, replicó:
-?Tú? ?Te consideras merecedor?
Gabriel emitió una risa suave pero firme:
-Si soy merecedor o no, no es decisión tuya. Lo verdaderamente relevante es...
lo que Sabrina
determine.
Gabriel dirigió su mirada hacia e, suavizando notablemente su tono.
-Sabrina, ?deseas partir con él?
"Sabe perfectamente que me ha así para provocarlo", pensó Sabrina, consciente de
intención de Gabriel.
Sus ojos se posaron en Araceli, quien observaba a distancia prudente. André y e habían emergido juntos del restaurante.
Probablemente acababan departir una cena íntima donde, de paso, le habría rtado sobre el incidente de Sabrina, buscando arrancar una sonrisa cómplice de su pa?ante
especial.
La expresión de Sabrina se transformó en una máscara de indiferencia calcda mientras se dirigía a Gabriel, ignorando deliberadamente a André.
-Mi tobillo está lesionado, se?or Castillo. ?Sería tan amable de conducirme al hospital?
La sonrisa en los ojos de Gabriel se amplificó con evidente satisfión.
-Entre nosotros, jamás existe inconveniente alguno.
André exhibió abierta incredulidad mientras espetaba:
-Sabrina, no pretenderás involucrarte nuevamente con este individuo.
Sabrina frunció el ce?o con manifiesto disgusto.
-El se?or Carvalho demuestra una curiosidad sorprendente. Nunca protagonicé escándalo alguno con el se?or Castillo, ni mantuve vínculo inapropiado con él. Compartimos unaida casual y, al encontrarme en dificultades, me brindó su ayuda... ?En percepción del se?or
Capítulo 41
Carvalho, eso constituye una rción indebida?
Sabrinanzó una mirada cial hacia Araceli.
-?Acaso conversar con un hombre significa automáticamente mantener un vínculo impropio...? ?Se?or Carvalho, está proyectando sus propias iones hacia los demás?