17kNovel

Font: Big Medium Small
Dark Eye-protection
17kNovel > La Guerra de una Madre Traicionada > Chapter 40

Chapter 40

    Capítulo 40


    Intentó apartar a jauría de periodistas y escapar de aquel cerco humano, pero


    el círculo que formaban semejaba una fortaleza imprable.


    -?Se?orita Ibá?ez, responda a mi pregunta ahora mismo!


    -?Se?orita Ibá?ez...!


    -?Se?orita Ibá?ez...!


    Las voces estridentes de los reporteros zumbaban sin tregua en los oídos de Sabrina.


    En el tumulto, alguien empujó con violencia haciénd caer bruscamente contra el suelo.


    Mientras Sabrina intentaba incorporarse con dificultad, una voz acusadora se alzó entre


    multitud:


    -?Miren! ?La ha golpeado! ?La se?ora Carvalho acaba de agredir a alguien!


    El origen de aque calumnia quedó anónimo, pero bastó para que una lluvia de destellos fotográficos cayera sobre Sabrina, capturando su humición desde todos los ángulos posibles.


    El mor ensordecedor y los rostros desconocidos que rodeaban se


    transformaron en una galería de máscaras grotescas, asfixiánd bajo una  de pánico creciente.


    De repente, una voz profunda y autoritaria cortó el aire.


    -Abran paso, ahora.


    Las cabezas giraron al unísono para descubrir imponente figura masculina que se erguía


    tras ellos.


    Las pups de Sabrina se dtaron al reconocerlo.


    "Gabriel..."


    Aprovechando el momentáneo desconcierto, el hombre se aproximó con paso firme hacia Sabrina. Al observar su tobillo inmado, un destello de dureza atravesó sus profundos ojos


    negros.


    -Necesitas atención médica inmediata.


    Sin mediar más pbras, Gabriel tomó en sus brazos con delicadeza.


    Los periodistas, al identificar a Gabriel, se reanimarono depredadores ante una nueva presa, abnzándose hacia ellos con renovada energía.


    Sin embargo, mera presencia magnética de Gabriel estableció una barrera invisible que los mantuvo a distancia, impidiéndoles repetir el acoso que habían perpetrado contra Sabrina.


    -Se?or, ?podría ararnos qué tipo de vínculo mantiene con se?orita Ibá?ez? ?Está al tanto


    20:11 D


    de sus presuntos romances simultáneos?


    La mirada oscura de Gabriel se posó sobre reportera, destndo un brillo cial que pró hasta el fondo de su ser.


    -?Te atreves a interrogarme?


    La periodista, quien momentos antes había atacado a Sabrina, tenía instriones precisas: provocar el mayor da?o posible con sus pbras.


    Pero al enfrentarse a presencia avasadora de Gabriel, el aire abandonó sus pulmones, dejánd paralizada e incapaz de articr sonido alguno.


    El aura del hombre irradiaba tal intensidad que bajo el peso de su mirada sintió que su corazón se detenía porpleto.


    Gabriel bajó vista hacia el tobillo de Sabrina y deró con firmeza:


    -Tienes una torcedura seria. Te llevaré al hospital ahora mismo.


    Sin esperar consentimiento, elevó con firmeza entre sus brazos.


    En ese preciso instante, otra voz masculina, serena y profunda, resonó en quietud nocturna.


    -Vaya, vaya. Parece que me he perdido todo un espectáculo.


    Aque voz fluía con ridad cristalina, frescao un manantial de monta?a en pleno invierno.


    Todass miradas convergieron hacia el origen de aques pbras.


    Bajo el resndor teado de luna,s fiones del recién llegado parecían esculpidas en mármol.


    Observaba escena con calcda indiferencia, sus ojos oscuros bribano obsidianas sumergidas en aguas ciales, mientras susbios dibujaban una sutil curvatura que mezba desdén y arrogancia.


    Los periodistas quedaron petrificados ante visión.


    -?André?


    La elegante mujer que pa?aba a André intervino con voz melodiosa pero firme:


    -Las acusaciones difundidas en redes sonpletamente infundadas. Les pido que cesen inmediatamente este acoso contra se?orita Ibá?ez...


    Solo entonces los presentes repararon en presencia de Araceli junto a André. E era precisamente el epicentro del escándalo, y los reporteros habían intentado entrevista sin éxito durante días, frustrados por férrea seguridad que protegía el hospital donde se recuperaba.


    Antes de que pudieran reorganizarse para acorr, mirada cortante de André los atravesó


    20:11


    Capitulo 40


    El entusiasmo depredador en los rostros de los periodistas se congeló instantáneamente.


    André los observó con una frialdad calcda mientras sentenciaba:


    -Damas y caballeros, el espectáculo ha terminado por hoy.
『Add To Library for easy reading』
Popular recommendations
The Wrong Woman The Day I Kissed An Older Man Meet My Brothers Even After Death A Ruthless Proposition Wired (Buchanan-Renard #13)