Capítulo 30
Sabrina sopesó sus opciones mientras oferta resonaba en su mente. La necesidad de capital para su nuevo proyecto con Marcelo inclinó finalmente bnza.
-Se?or Castillo, ?qué necesito hacer exactamente?
Gabriel curvó susbios en una sonrisacida,o quien sabe que ha ganado una negociación antes de que termine.
-Estoypletamente absorbido por mi trabajo y apenas dispongo de tiempo para dedicarle a él. Esta joven...
Se detuvo y miró directamente a los ojos,o evaluánd.
-?Cómo te mas?
-Sabrina Ibá?ez.
-Las responsabilidades de se?orita Ibá?ez son bastante simples. Cuando Romeo permanezca contigo, solo deberás encargarte de llevarlo a escu, preparar susidas y pa?arlo durante sus descansos.
La voz de Gabriel fluíao seda sobre cristal, suave pero firme en cada pbra.
-Por supuesto, si deseas llevarlo a algún parque de diversiones, campamento estival o incluso de viaje, tienes total libertad para hacerlo. Todos esos gastos te serán reembolsados adicionalmente.
Dani no pudo disimr envidia que desteba en sus ojos.
"?Viajar mientras te pagan! ?Qué bendición del universo!"
El interés se encendió en mirada de Sabrina.
-?Es necesario que Romeo se aloje en mi residencia?
Gabriel arqueó una ceja mientras observaba con sutil intensidad.
-?Qué sucede? ?Acaso preferirías instrte en mi casa? Aunque no tendría inconveniente, se?orita Ibá?ez, eres tan joven que temo que tu esposo o pareja pudieran malinterpretarlo.
Gabriel había tocado un punto que ni siquiera había cruzado por su mente.
Aparentaban tener edades simres, y tradarse a residencia de Gabriel seguramente despertaría rumores innecesarios.
Además, esposa de Gabriel difícilmente aceptaría ver a su marido
Sabrina reflexionó brevemente antes de indagar:
-?La madre de Romeo también ha dado su consentimiento?
22
16:08
Capitulo 30
Gabriel permaneció en silencio durante un instante,o si calibrara su respuesta.
-Su madre ya no está con nosotros.
Sabrina se apresuró a disculparse:
-Lomento profundamente.
Gabriel no mostró perturbación alguna.
-No te preocupes, ocurrió hace bastantes a?os ya.
Sabrina bajó mirada hacia Romeo, contemplándolo con una mez depasión y ternura maternal.
Asintió levemente y preguntó:
-?No le preocupa al se?or Castillo que pueda tratar mal a su hijo si lo llevo conmigo?
La voz de Gabriel resonó profunda, impregnada de confianza y autoridad.
-Soy Gabriel Castillo, ?quién osaría maltratar a mi heredero?
Evidentemente, Gabriel no era un hombreún, y cualquiera que se atreviera a da?ar a su hijo estaría buscando su propia destrión.
Además, si confiaba en Sabrina para llevar a Romeo a su hogar, seguramente tendría a alguien vigndo cada movimiento.
Aunques condiciones ofrecidas resultaban tentadoras, ganar ese dinero no sería tan sencilloo parecía.
Sabrina, sin nada que ocultar, no sentía inquietud ante posibilidad de estar bajo vigncia.
Sabrina formuló entonces pregunta decisiva:
-?Cuándoenzaría mis funciones?
-Puedes empezar ahora mismo -respondió Gabriel tras consultar su reloj-. Debo salir de ciudad por asuntosborales en breve. Regresaré el fin de semana. Mientras tanto, Romeo quedará bajo tu cuidado.
-Se?orita Ibá?ez, ?alguna otra inquietud? Si no hay más preguntas, me retiraré. -Una cuestión adicional -dijo Sabrina, observando a Romeo, quien permanecía inusualmente silencioso-. Parece que este ni?o no goza de plena salud. ?Existe algo que deba evitar o alguna precaución especial que deba considerar? Gabriel elevós cejas con genuina sorpresa.
-?Tienes conocimientos médicos?
-Estudié medicina durante algunos a?os, así que poseo ciertaprensión sobre determinadas afiones infantiles.
20
Capitulo 30
Sabrina hizo una breve pausa antes de continuar:
-Aún no conozco lo suficiente a Romeo. ?Podría el se?or Castillo solicitar a persona que habitualmente lo cuida que me envíe un documento detando sus rutinas y preferencias diarias?
La mirada de Gabriel se intensificó súbitamente, su expresión, anteriormente despreocupada, adquirió un matiz de seriedad al examinar a Sabrina,o si percibiera bajo una nueva luz.
Sabrina se sobresaltó ante aquel cambio en su mirada y preguntó instintivamente:
-Se?or Castillo, ?he dicho algo inapropiado?
Capitulo 31
Gabriel desvió mirada con sutileza.