17kNovel

Font: Big Medium Small
Dark Eye-protection
17kNovel > La Guerra de una Madre Traicionada > Chapter 21

Chapter 21

    Capítulo 21


    -Y mira, con solo una mada mia, no importa si está en medio de una reunión o perdido en sus asuntos, lo deja todo y corre a mido. Incluso si....


    La sonrisa de Araceli destba una malicia serpentina, un brillo venenoso que apenas contenía


    su satisfión.


    -Incluso si están enredados en un momento intimo, él te suelta sin dudarlo y viene por mi.


    Sabrina apretó los pu?os con disimulo, sus u?as hundiéndose en carne nda de sust palmas, aunque el dolor parecía lejano,o un eco perdido.


    Si, en más de una ocasión, mientras el calor entre e y André encendia habitación, el teléfono habia vibrado con el nombre de Araceli, y él se había marchado sin mirar atrás.


    No solo una vez, sino tantas ques promesas rotas ya no sorprendian.


    E le habia rogado, con voz temblorosa, que se quedara.


    -André, por favor, no te vayas -había suplicado, aferrándose a un hilo de dignidad.


    ΕΙ


    apenas giró el rostro, serenoo una estatua.


    -No seas irracional-fue todo lo que dijo antes de salir, dejando tras de si un vacio que quemaba más que el abandono.


    Sabrina se había quedado allí, s, con el peso de humición cosido a su pielo una segunda sombra.


    Ahora, frente a Araceli, esbozó una sonrisa tenue, casi cortés, mientras miraba de reojo.


    -?Entonces me estás diciendo que cuando me deja, es para correr a tu cama?


    El rostro de Araceli se crispó por un instante, una fisura en su máscara, pero pronto recuperó


    -André y yo... no es algo tan vulgaro insinuas.


    Podía tejer mentiras con facilidad de una ara?a, pero en eso no se atrevía a cruzar linea.


    Aunque fuera el gran amor de André, su primer amor eterno, mientras el matrimonio con Sabrina siguiera en pie, e no era más que una figura sin nombre, una amante sin corona.


    La otra.


    Esas mujeres resentidas en línea,s que no lograban retener a sus hombres, siempre ndiendo moralo un escudo, gritando que cualquier chispa fuera del matrimonio era


    traición.


    Pero e y André se habían conocido primero, ?no?


    -?Vulgar?-repitió Sabrina con suavidad, sin alzar voz ni mostrar enojo-. Si no hay nada


    15:05


    entre ustedes, ?de qué te enorgulleces tanto? ?De su pureza intachable? ?De no haberle dado. un hijo? ?O de no haberte casado con él?


    Las pbras cayerono agujas precisas, pinchando el orgullo de Araceli hasta que su sonrisaenzó a deshcharse..


    -?Y qué más da? -replicó e, con un filo en voz-. Aunque no me haya casado con él ni le haya dado un hijo, si yo le pidiera luna, él removería cielo y tierra para dárm.


    Como si un recuerdo feliz hubiera iluminado, Araceli volvió a curvar losbios.


    -Ay, perdón, olvidé mencionarlo. Esa boda de reconciliación que neabas con André..... también me cedieron. El vestido de novia, por cierto, es justo de mi estilo. Qué detalle que, después de tantos a?os, André aún recuerde lo que me gusta,


    Sabrina alzó una ceja, su gesto cargado de una calma punzante.


    -?Un matrimonio de mentira te llena de tanta alegría, se?orita? Si tan talentosa eres, ?por qué no haces que André se divorcie de mi y te lleve al altar?


    vo mirada en los ojos de Araceli, pronunciando cada sba con una ridad afda.


    -?O será que no te atreves?


    Un destello de envidia cruzó el fondo de los ojos de Araceli, rápidoo un relámpago, antes de desvanecerse.


    E sonrió con frialdad.


    -No me extra?a que familia de André te desprecie, que sus amigos te miren por encima del hombro. Ni siquiera tu esposo y tu hijo te quieren, se?orita Ibá?ez. Deberias preguntarte por


    qué.


    Sabrina le devolvió una sonrisa serena, te?ida de indiferencia.


    -ro, cómo podriapetir con tu encanto irresistible. La hermana de André te adora, sust amigos te idtran, André y Thiago no viven sin ti. Hasta el cielo parece inclinarse por tu estilo.


    -Dime, se?orita, ?deberia audirte por ser el alma de fiesta?


    El sarcasmo en voz de Sabrina era un dardo imposible de ignorar.


    Araceli lo al instante: se buba de su fragilidad, de esa muerte que acechaba


    en


    silencio.


    Ambas senzaban golpes certeros, buscandos grietas más profundas de


    otra.


    Antes, Sabrina jamás habría soltado pbras tan mordaces, tan alejadas de cortesia.


    Pero ahora lo entendía.


    A quien no le permitiera respirar en paz, le devolvería el favor con creces.


    16:06


    ?Por qué desgastarse paracer a los demás?


    LA
『Add To Library for easy reading』
Popular recommendations
The Wrong Woman The Day I Kissed An Older Man Meet My Brothers Even After Death A Ruthless Proposition Wired (Buchanan-Renard #13)