Capítulo 20
Araceli alzó mano con delicadeza y apartó un mechón de cabello tras su oreja, dejando al descubierto una pulsera de jade que adornaba su mu?eca. El verde luminoso de piedra parecía danzar con una calidez sutil, un resndor que, pese a su suavidad, capturaba miradao un destello inesperado en penumbra.
Las pups de Sabrina se estrecharon en un instante,o si un aguijón invisible hubiera atravesado su calma. Esa pulsera no era un simple adorno: era una reliquia sagrada de familia Carvalho, reservada con fervor paras nueras legitimas. Sin embargo, Fernanda Rivera, madre de André, nunca había juzgado digna de porta. Desde el primer dia, su desprecio había sido un muro infranqueable; ni siquiera el nacimiento de Thiago ando su corazón hdo, Sabrina sabia bien que Fernanda idtraba as damas de alta sociedad, esas mujeres de linaje impecable, y que tampoco veía con buenos ojos a Araceli. Por eso resultaba asombroso que André, contra todo pronóstico, hubiera terminado uniendo su vida a alguieno e, una outsider en los ojos de los Carvalho,
Nadie en esa familia le había otorgado jamás un ápice de respeto. Los sirvientes, con sus miradas cargadas de bu, tratabano una oportunista que habia embaucado a André para crse en su mundo de privilegios. En los primeros a?os de matrimonio, Fernanda apenas toleraba su existencia; durantes festividades, le prohibía cruzar el umbral de Vi Floral,o si su mera presencia ensuciara el aire. No fue sino hasta que Thiago creció, con sus rasgos tan idénticos a los de André y una inteligencia que deslumbraba, que Fernandal cedió un poco. Entonces, en un gesto cargado de simbolismo, le entregó pulsera de jade a su nieto, con instrión de que él guardara para su futura esposa.
Sabrina, curiosa, había intentado una vez pedirs prestada para admira de
cerca.
-No, mamá–le respondió Thiago con una seriedad que desentonaba en su voz infantil-. La abu dijo que es para mi futura esposa. Si se pierde o se rompe, me quedaré sin casarme.
Aque ocurrencia tan solemne hizo reir entonces, pero ahora escena se retorcia en su memoriao una ironía cruel.
risa tenue.
Araceli,o si adivinara el torbellino que cruzaba por su mente, esbozó una sonrisa. te?ida de desafío y un cer casi imperceptible.
-Esta pulsera también me dio Thiago -dijo, paseando los dedos sobre el jade con una lentitud deliberada-. Me contó que es un tesoro para nuera de familia Carvalho. Dijo que tú se pediste una vez, pero él no quiso dárt. Sabrina guardó silencio, contemplánd con una calma gélida mientras Araceli desplegaba su peque?o teatro. Como si lo hubiera ensayado, e continuó: -Thiago me entregó porque sue?a con que yo sea su madre y tome mi lugaro verdadera nuera de los Carvalho.
Un destello de triunfo brilló en sus ojos antes de a?adir.
16:06 1
-Por cierto, se?orita Ibá?ez, ?sabías que este fin de semana hay una actividad de padres e hijos? Una donde deben estar presentes papá y mamá juntos.
?Actividad de padres e hijos? El eco de esas pbras golpeó a Sabrinao una ráfaga inesperada. Recordó entonces aque noche, días atrás, cuando André llegó temprano a casal ypartieron una cena en familia, un raro instante de paz. Mientras llevaba sopa desde cocina, había escuchado fragmentos de una conversación entre Thiago y André: algo sobre "participar en actividad" y un nombre, "se?orita Vargas", que flotó en el aire. Al volver, Thiago. calló de golpe,o si temiera que e descubriera algo. En ese momento, el desprecio que ya sentia hacia Araceli era tan intenso que prefirió ignorarlo; no quería manchar cena con preguntas que arruinaran armonia. Pero ahora todo cobraba sentido.
La voz de Araceli cortó el hilo de sus recuerdos:
-Thiago también me dijo algo curioso. Mencionó ques mamás de suspa?eros son damas de sociedad, herederas o, al menos, alguna celebridad. Pero que su mamá es solo una ama de casa, y eso... bueno, le avergüenza un poco.
Cubriéndose boca con una mano, Araceli dejó escapar una risa suave, casi musical. Luego, inclinándose hacia e, susurró al oído con una dulzura envenenada:
-?Sabes cómo te describe Thiago a los demás? Dice que eres ni?era de familia Carvalho. Que por eso le llevasida todos los días y lo recoges de escu.