Capítulo 660
-Además, para mí este tipo de cosas ya ni siquiera son un problema. Ya estoy más que acostumbrada entó Sabrina, con una calma que apenas podía
creerse.
Había pasado por tormentas peores en inte. ?Qué importaba este escándaloparado con lo que ya había vivido?
Sabrina todavía intentó tranquilizar a Hernán un poco más.
-En unos días, le llevaré a Romeo Castillo para que lo vea, ?le parece?
Después de colgar, Sabrina recibió notificación con fecha depetencia de violín.
La vez anterior ya había superado ronda preliminar.
Y justo ma?ana arrancabapetencia formal.
Sabrina no tenía cabeza para distraerse más con eso.
En cuanto a los chismes en inte, ya vería cuándo Fidel tendría capacidad de frenarlos. Por ahora, bien podía dejar que Fabián y Fidel se pelearan entre sí un rato más, mientras e se concentraba de lleno enpetencia.
Al día siguiente, Hache llevó a Sabrina en carro hasta el lugar del concurso.
La última vez, su carro se había da?ado a medio camino, y el nuevo -recién modificado- había terminado chocando con el de Fidel.
Dani sco, convencida de que Sabrina tenía una racha terrible con los carros, se negó a deja manejar otra vez.
Por ser ronda inicial, Sabrina no llevó apetencia su violín Astra Aestiva.
Sabía que era muy superior a los demás participantes. No tenía sentido usar ese violín para astar a los demás.
Lapetencia de hoy era de alto nivel, y siendo el primer día, s estaba llena de familias y amigos animando a los suyos.
Solo Sabrin? llegó pa?ada únicamente de Hache, lo que hacía lucir algo solitaria entre tantos grupos.
Ni Dani, ni Marcelo nco, ni siquiera Gabriel Castillo o Romeo mostraron mayor interés por esa ronda inicial.
Para ellos, Sabrina estaba destinada a ganar. ?Qué importaba ronda de sificación?
Hache le entregó el violín con una sonrisa tranqu.
-Se?orita Ibá?ez, mucha suerte. Si necesita algo, aquí estoy.
Capítulo 660
Sabrina tomó el violín.
-Gracias, Hache.
Estaba a punto de entrar al auditorio cuando una voz cálida alcanzó por espalda.
-Sabrina.
E se giró y vio a Jorge Olivares parado a unos metros.
-?Jorge? -preguntó sorprendida-. ?Qué haces aquí?
En los ojos de Jorge cruzó un brillo agudo, pero enseguida sonrió.
-Vine a buscar a André.
Hizo una pausa,o quienenta algo sin importancia.
-Hoy haypetencia de una se?orita, seguro André vino a apoya. Yo firmé un contrato cerca de aquí y aproveché para pasar. Mientras buscaba a André, justo te vi a ti.
Al escuchar el nombre de André, Sabrina ni pesta?eó. Ya estaba más que inmune a ese tipo de
Que André viniera a apoyar a Araceli Vargas no sorprendía en absoluto.
Jorge notó que Sabrina no tenía intención de seguir el tema, así que cambió de conversación.
Miró a Hache, que aguardaba en silencio a sudo.
-Sabrina, he visto muchas veces a este se?or. ?Quién es?
Sabrina cayó en cuenta de que nunca los había presentado.
-Se ma Hache, es mi asistente por ahora. Hache, él es Jorge, un amigo mío.
Hache, siempre correcto, se adntó y le tendió mano.
-Se?or Olivares, mucho gusto.
Jorge respondió con amabilidad.
-El gusto es mío, Hache.
Tras el saludo, Jorge volvió a mirar a Sabrina.
-?Así que tú tambiénpites hoy?
Sabrina asintió.
-Justo tengo tiempo libre, puedo quedarme a apoyarte -dijo Jorge con voz animada.
Como si temiera que lo rechazara, a?adió enseguida:
-De todos modos, André tendrá que esperar un buen rato a Araceli. No se va a ir pronto.