Al pensar en eso, los ojos de Fabián Guerrero volvieron a brir con intensidad.


    -?Esto podría considerarse un escándalo de Sabrina Ibá?ez?


    Después de todo, e estaba metida en un lío de "amante".


    A Fabián emoción le recorría el cuerpo.


    -Esta vez, voy a hundir. No habrá forma de que se levante de esto.


    Se imaginaba el momento en que Araceli le miraría con admiración y le diría, con una sonrisa, que era muy inteligente.


    Mientras tanto, Fidel Casta?o, al verse bloqueado por Hache, se puso aún más tenso, su mirada se volvió oscurao una noche sin luna.


    Reconoció a Hache de inmediato: era el mismo tipo que había venido última vez al evento con Sabrina y su grupo.


    Desvió vista y notó a Jorge Olivares junto a puerta.


    En ese instante, todo encajó en su mente.


    Fidel se detuvo, sus ojos se posaron en Sabrina con una intensidad que hba sangre.


    -Qué jugada tan bien armada -soltó, con tono sarcástico.


    Sabrina fingió sorpresa, con una expresión inocente.


    -No entiendo de qué ha, se?or Casta?o.


    En el fondo, ya había previsto que Fidel descubriría. Fidel no era ningún ingenuo; con una movida tan evidente, estaba ro que él se daría cuenta.


    Pero eso no le preocupaba. Sabrina prefería dejarlo frustrado, sin poder desahogarse.


    Fidel miró alrededor. Vio cómo gente los observaba, algunos con curiosidad, otros con desdén. Notó ques miradas hacia él eran de desprecio y bu, y apretó los pu?os sin querer.


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    Pensó que esa mujer, que a?os atrás había sido expulsada de familia Ramos por una jugada de Nicolás, ahora era mucho más difícil de manejar.


    Fidel entendió que, si abría boca en ese momento, solo empeorarías cosas. Mientras más hara, peor quedaría.


    Sabrina había armado todo ese teatro solo para hacerlo perder los estribos.


    La miró de nuevo, sus ojos fríoso el acero.


    -Esta cuenta tengo pendiente contigo.


    Y sin decir más, Fidel dio media vuelta y se marchó, sin mirar atrás.


    En cuanto él salió del restaurante, por fin se escucharon murmullos entre losensales.


    -?Y ese tipo quién se cree? ?Qué ridículo!


    -?Todavía quería agredir a una mujer? Ese está bien mal de cabeza.


    -Se ve decente, pero de buenas intenciones no tiene nada.


    Fabián, por su parte, sentía que todo había terminado demasiado rápido. Su transmisión apenas había subido de audiencia, gente estaba pegada viendo el drama, y de repente Fidel se fue así nada más.


    Sin el protagonista principal, ?cómo iba a mantener atención de los espectadores?


    Sabrina, por otrodo, se fijó en Jorge Olivares, que observaba desde distancia. Le asintió con cabeza, en se?al de


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    Capítulo 655


    agradecimiento.


    Jorge no se acercó a saluda. En cambio, le habló a Fabián


    -Fabián, ya es tarde. Mejor nos vamos.


    Con Fidel fuera de escena, no había nada interesante por grabar.


    Además, Fabián tampoco tenía muchas ganas de cruzarse de nuevo con Sabrina.


    Asintió con resignación.


    -Listo, vámonos.


    Ambos se encaminaron a salida, y Sabrina ni se inmutó por su partida.


    Solo cuando salieron del restaurante, a Fabián se le ocurrió que podía desatar un escándalo en redes, atacando a Sabrina.


    -?Qué título le pondría? -pensó-. ?"Los a?os de Sabrinao otra"? No, no, eso podría verseo difamación, y Sabrina apenas lleva poco tiempo divorciada.


    Además, Sabrina de ahora no era ninguna ingenua. Y si André Carvalho se enteraba, seguro se molestaría con él. Finalmente, Fabián decidió conseguir el video de mujer que había entrado furiosa a insultar a Fidel.


    Le pondría un filtro a cara de Sabrina, y contrataría gente para que "guiara" losentarios. Así, todos terminarían descubriendo que era e, y dejaría que gente en inte hiciera el resto.


    Sabrina estaba por presentar su concierto, ?no? Un escándalo así, a estas alturas, seguro interferiría con el evento.


    Entre más lo pensaba, más convencido estaba de que su n era brinte.


    Decidió no contarle nada a Araceli Vargas por ahora. Mejor sorprende después.


    Solo de pensarlo, no pudo evitar soltar una risa contenida.


    Jorge se le quedó viendo, extra?ado.


    -Fabián, ?y esa risa, qué te pasa?


    Fabián reionó de golpe.


    -No... nada -respondió, tratando de disimr su satisfión.


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