Fidel no quiso seguir discutiendo con Hernán.


    -Si no tienes nada más que decir, voy a colgar. No está bien estar en una cita y seguir pegado al teléfono.


    Al escucharlo tan decidido, Hernán entendió que insistir era inútil, así que solo colgó.


    Apenas terminó mada, Fidel dirigió mirada hacia Sabrina.


    -Se?orita Ibá?ez, ?quiere pedirida o seguimos ticando?


    Seguir ticando solo seríanzarse indirectas y bus, una bata de pbras que a Sabrina no le interesaba.


    -Mejor pidamos soltó e, sin ganas de perder tiempo.


    Primero había queer algo; lo verdaderamente interesante apenas iba a empezar.


    Luego de pedir, el celr de Sabrina vibró discretamente. Lo sacó y vio un mensaje de Hache.


    [Estoy justo frente a ti.]


    Sus pesta?as temron un poco, pero no dejó ver ninguna emoción y miró de reojo hacia adnte. Efectivamente, Hache estaba en esquina, justo al frente. Cuando notó mirada de Sabrina, le hizo una peque?a se?a con mano. E, impasible, volvió vista a mesa.


    Así que Hache sí había venido.


    Era un restaurante, y Fidel había aceptado ve por petición de Hernán Casta?o. En teoría, no había forma de que intentara hacerle algo ahí.


    Los tos no tardaron en llegar. Un mesero elegante sirvióida con rapidez.


    Entre Sabrina y Fidel reinaba el silencio. No tenían nada enún, ni una s pbra que valiera pena. Comieron en paz, cada uno sumido en sus propios pensamientos.


    Cuando Sabrina ya había terminado casi todo, mandó un mensaje rápido y sigiloso.


    No había pasado mucho cuando una mujer entró hecha una fiera, avanzando directo hacia mesa de Sabrina y Fidel. Sin dudarlo, apuntó a Fidel y empezó a gritar:


    -?Eres un descarado! ?Tienes el descaro de venir a buscar pareja a mis espaldas? ?Eres un infiel, un traicionero! ?Me enga?aste horrible!


    Su voz retumbó por todo el lugar. En ese restaurante elegante, escena rompía con todo el ambiente de lujo.


    Losensales no pudieron evitar mirar. A todos les encantaba el espectáculo, y más cuando era tan escandaloso.


    No muy lejos, Fabián, el rey del chisme, escuchó los gritos y sus ojos briron de emoción.


    -?Uy! ?Esto se va a poner bueno!


    Para Fabián, el chisme era una pasión. Sabía todo lo que pasaba en el círculo: quién tenía amante, quién tenía hijos secretos, quién se divorció mal y quién se jaloneó el pelo en una fiesta. De hecho, los trucos que le rendó a André para tratar a Sabrina los había aprendido viendo este tipo de escándalos.


    Ver que había drama nuevo lo hizo vibrar de emoción.


    -Jorge, Jorge, mira, otra vez una pelea por infidelidad.


    Jorge miró en dirión de los gritos y corrigió:


    -No, el problema es que ese tipo quiere andar con dos al tiempo, no que le estén pegando a otra.


    -Ay, Jorge, es casi lo mismo -reviró Fabián, encogiéndose de hombros.


    Mientras conversaban, mujer tomó un vaso de mesa y le arrojó el jugo directo a cara a Fidel.


    -?Desagradecido! Yo estuve contigo cuando nadie te conocía, y ahora que tienes éxito ?me quieres dejar tirada? ?No te da vergüenza? ?No te pesa conciencia?


    17:07


    Capítulo 653


    Fidel, que siempre había sido un tipo orgulloso, jamás se había visto en una situación así: una mujer gritándole en cara dnte de todos.


    El jugo pegajoso le chorreaba por cara y caía sobre su camisa nca, dejándolo hecho un desastre. Ni siquiera el día que Sabrina le tiró agua en subasta había terminado tan mal parado.


    En sus ojos se acumba una tormenta de rabia. Su voz, dura y contenida, salió


    -Te juro que te vas a arrepentir -espetó, poniéndose de pie poco a poco.


    Pero mujer, lejos de asustarse, levantó voz aún más...