Capítulo 625
En aquel entonces, Sabrina apenas estaba aprendiendo a manejar; su habilidad al vnte era tan desastrosa que daba pena
ve.
Nicolás solo había pa?ado a practicar unas cuantas veces, pero muy pronto perdió el interés y dejó de ir con e.
Eso sí, antes de deja, le encargó a sus amigos que no tuvieran piedad y pusieran a prueba sinpasión.
Después, por lo que le contaron sus amigos, Sabrina siempre terminaba perdiendo por mucho.
Siempre le llegaban noticiaso esa.
Por eso, cuando pusieron en marcha el n, Nicolás ya ni se acordaba de esos días.
Sin embargo, al ver cómo Sabrina los dejaba atrás varias veces en carrera, el recuerdo le cayó encimao un balde de agua fría.
Nicolás sintió respiración un poco agitada.
Si con tan poca práctica Sabrina ya manejaba así, solo podía decirse una cosa... ?tenía un talento natural!
-Tío, no te preocupes. El carro de e no rindeo el tuyo, tarde o temprano vamos a alcanzar entó Nicolás.
El ce?o de Fidel se marcó de inmediato, molestia era evidente.
Tener que depender de potencia de su carro para alcanzar a Sabrina le parecía una humición tremenda.
Pero en ese momento, su deseo de ganar se avivó más que nunca.
No pensaba permitir que esa mujer, a que nunca había tomado en serio, le ganara.
Pisó el acelerador a fondo.
Justo entonces, Nicolás soltó un grito sorprendido.
-?Qué le pasa a esa mujer? ?Qué demonios piensa hacer?
Vieron cómo el carro de Sabrina frenaba de golpe y giraba ciento ochenta grados.
Las ntas chirriaron, soltando humo y chispas por el asfalto.
Fidel entendió de inmediato lo que intentaba hacer, y una sonrisa sarcástica le cruzó el rostro.
-?De verdad cree que puede huir? Que ni lo sue?e.
Nicolás resopló.
-Esta Sabrina, por tener un poco de habilidad ya se cree gran cosa. ?No sabe con quién se mete? Ponerse a jugarle al vivo con mi tío, que es piloto profesional... ?acaso le urge acabar mal?
Si se hubiera rendido, tal vez solo habría salido con unos raspones.
Pero atreverse a desafiar a Fidel de esa forma... era buscar su propia desgracia.
Incluso si los frenos faban, con tica de Fidel seguro podía contrr el
carro.
Mientras todos pensaban que Sabrina iba a escapar, se escuchó de nuevo el rechinar des ntas.
El carro de Sabrina giró otra vez y terminó justo detrás del carro de ellos.
Todos se sorprendieron, sin entender qué pretendía Sabrina.
De pronto, sintieron un golpe seco desde atrás.
Nicolás ya no pudo mantenerpostura.
-?Esta mujer está loca!
André también se quedó pasmado con lo que acababa de ver. -Sabrina, ?qué estás haciendo?
Capítulo 625
Al principio, André pensó que Sabrina había girado para huir.
Pero no solo no escapó, sino que se puso detrás del carro de Fidel... y lo chocó a propósito.
-Es obvio, estoy cobrando cuentas -contestó Sabrina con una voz tan cortante que hba-. ?Cuántas veces me pegó él hace rato?
André trató de razonar.
-Sabrina, los frenos de él ya no sirven. Si sigues así, lo puedes matar.
Sabrina soltó una risa burlona.
-?Y lo que acaba de hacer el conmigo no me pudo haber matado?
André entendió que e estaba malinterpretando su preocupación, así que aró:
-Fidel es el heredero de familia Casta?o, el hijo de Hernán Casta?o. Si lo matas, familia Casta?o no te va a dejar en paz. Ni siquiera familia Ramos podría protegerte.
Sabrina, harta de sus advertencias, contestó:
-Tranquilo, no soy tan tontao para matar a alguien a plena luz del día.
Dibujo una sonrisa desafiante.
-Solo los estoy ayudando a estacionar.
Y dicho esto, volvió a golpear el carro de Fidel, empujándolo por detrás.
Eso sí, antes de "ayudarlos a estacionar", tenía que vengarse.
En el hospital, Federico Ramos llegó con una expresión de preocupación y el
ce?o fruncido. -?Cómo que Eva tuvo un idente? ?Qué pasó aquí?
Eva estaba sentada en el consultorio, mientras una enfermera le curabas heridas.
Su cabello estaba desordenado, y tenía algunos raspones sangrantes en frente y meji.
En cualquier otra persona, se veríamentable.
Pero en Eva, esas marcas le daban un aire atrevido y sensual,o si el peligro
le sumara atractivo.
212