Capítulo 533
La escena frente a Nicolás era tan absurda que parecía sacada de una obra de teatro. Si no fuera porques personas involucradas eran su abuelo Hernán y el conocido se?or nco, habría pensado que Sabrina había contratado actores.
Al escuchars condiciones tan altas que Valentino estaba proponiendo, Hernán se enfureció.
-Sabrina, si decides casarte con alguien soltero y en edad de matrimonio de familia. Casta?o, te daré el diez por ciento des iones.
Las iones del Grupo Casta?o estaban bastante repartidas entre los miembros de familia y Hernán solo poseía un quince por ciento. Al escuchar esto, tanto Nicoláso Julio cambiaron de expresión.
-?Abuelo! -exmó Nicolás-. ?Cómo puedes dar algo tan valioso a una extra?a? En ese momento, Nicolás pensó que su abuelo había perdido razón. Hernán lo miró de reojo y respondió:
-Si se casa con alguien de familia Casta?o, ya no será una extra?a, ?verdad? Nicolás soltó una risa que bordeaba lo ridículo.
-Puede que no sea el más destacado de familia Casta?o, pero ?pretendes que me case con una simple chica de campo? ?Abuelo, de verdad has perdido cordura?
Hernán frunció el ce?o y le espetó:
-?No seas irrespetuoso! ?Quién te ha ense?ado a har así?
-Es que e...
Sin embargo, antes de que Nicolás pudiera terminar, Sabrina lo interrumpió.
-Se?or Casta?o -dijo con firmeza-, yo soy de Cartagena, Colombia, el lugar donde estamos, no de un pueblo. Además, me gradué del Conservatorio de Música Santa Victoria en Chile, una universidad reconocida. Por lo que sé, universidad a que tú asististe no separa con un instituto de renombre mundialo ese. Me pregunto de dónde sacas confianza para marme ignorante.
Sabrina mantuvo un semnte sereno y no dejó que presencia de Hernán intimidara.
-Así que ahora, te exijo que te disculpes por tus pbras inapropiadas.
Conservatorio de Música Santa Victoria, ?en serio? Nicolás miró a Sabrina con sorpresa. Según él sabía, e apenas había ingresado a una universidad mediocre gracias a influencia de familia Ramos.
Sabrina, al ver confusión en el rostro de Nicolás, soltó una sonrisa irónica. La arrogancia y los prejuicios sono una monta?a en el corazón des personas. Nunca había dicho que
tenía ms calificaciones, pero alguien había difundido ese rumor sobre e.
Nicolás miró a su abuelo, buscando apoyo.
Hernán habló con un tono firme:
-Sabrina tiene razón. Pídale disculpas de inmediato.
Nicolás no podía entender por qué Hernán defendía a Sabrina.
-Abuelo, yo soy tu nieto, ?por qué defiendes a una extra?a? ?No me digas que te
ha hechizado? Hernán lo miró con desdén:
-No digas que eres mi nieto. Con esa inteligencia, me haces quedar mal.
Nicolás no supo qué decir.
Julio, quien había estado observando, abrió boca para har, pero Hernán lo detuvo con mirada.
-Julio, es mejor no meterse en lo que no te concierne si no conoces todos los hechos.
Julio cerró boca de inmediato.
Hernán hizo un gesto con mano:
-Nicolás, disculpate con Sabrina ahora mismo, o deja de marme abuelo.
Sus pbras eran contundentes.
Nicolás, viendo que no tenía más opción, bajó cabeza y se disculpó con Sabrina.
-Sabrina, lo siento.
A pesar de su disculpa, Sabrina no mostró ninguna intención de perdonarlo, lo que ramente
iodó a Nicolás.
Con Hernán presente, Nicolás no podía confronta directamente, así que repitió su disculpa con mayor sinceridad.
-Sabrina, fue un malentendido, perdón.
Nicolás sentía que situación era terriblemente injusta. él era el ofendido, pero
le tocaba disculparse. No era justo.
Antes de que Sabrina pudiera responder, Martín intervino con una sonrisa, tratando de suavizar situación.