Capítulo 437


    La intervención de Martín fue rápidamente reprendida por el padre y el hermano


    mayor.


    Sin embargo, al girar cabeza, el hermano mayor, que siempre era serio y reservado, también le dirigió una mirada severa, diciendo que esperaba que seportara adecuadamente.


    -Aurora Ramos, no importa lo que digan, Eva es nuestra pariente de sangre, no una impostora.


    Los conflictos de generación anterior no deben mezrse con nuestra generación. Así que espero que puedas mantener una actitud correcta. La familia Ramos no es muy grande, y no quiero que se difundan rumores de desavenencias familiares.


    En el mundo des familias adineradas, Federico Ramos había visto demasiados escándaloso hijos ilegítimos y falsas herederas. Para mantener paz y que nadie se bura de ellos, Federico prefirió ser directo desde el principio.


    Martín sonrió yentó:


    -Esteban, estás siendo demasiado estricto. Hoy es el primer día de regreso de Auri, no asustes con res. Habrá tiempo para ense?arle todo más adnte, no hay prisa.


    Entonces, el segundo hermano, que había estado en silencio, agregó:


    -Creo que el hermano mayor tiene razón. Es mejor arar estas cosas con Aurora desde el principio. No vaya a ser que, sin darse cuenta, haga que familia Ramos pase vergüenza. Si llegara a suceder algo ridículo, ni siquiera podría casarse bien.


    Era evidente ens pbras de Esteban Ramos que pensaban que e había regresado a familia Ramos para “mejorar su posición" y conseguir un buen matrimonio. Después de todo, familia Ramos era una des más prominentes.


    Sabrina, aún joven entonces, no esperaba que rción familiar que tanto había anhdo resultara así.


    E pensaba que, siendo hermanos de sangre, sus tres hermanos no tratarían mal. Pero en lugar de recibi con alegría, su regreso fue recibido con rechazo.


    En cuanto a Eva, no mostró ninguna aversión hacia e. Sin embargo, tampoco hizo esfuerzo alguno por acercarse. Los Ramos no exigieron que es desarroran una estrecha rción de hermanas. Mientras mantuvierans apariencias de cordialidad, era suficiente.


    Sabrina podía sentir ramente que su llegada había introducido una ligera tensión en el ambiente familiar.


    La familia Ramos le asignó una habitación igual a de Eva. Todo su vestuario y necesidades diarias se ajustaban a los estándares de una se?orita de alta sociedad. No le faltaba nada de lo que tenía Eva.


    La familia Ramos no permitió que llegada de Sabrina afectara a nadie en casa. Todo era equitativo, tan equitativo que no había lugar para quejas. Pero aun así, había algo que parecía


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    faltar.


    Durante unrgo período, Sabrina y Eva mantuvieron una apariencia de calma. Sin embargo, el ambiente en familia Ramos seguía siendo tenso.


    El tercer hermano apenas le dirigía pbra. Incluso si Sabrina le saludaba primero, él ignoraba. El segundo hermano, aunque sus pbras no eran siempre agradables, tenía intención de advertirle. Cuando encontraba en casa, saludaba y su actitud no era del todo


    hostil.


    En cuanto al hermano mayor, pasaba poco tiempo en casa, ys veces que se encontraban, solo intercambiabans preguntas de rigor, sin más interión. Sobre su padre, Martín...


    A menudo se preocupaba por su bienestar, mostrándose atento y cari?oso. Le haba des historias pasadas con su madre.


    Martín le preguntó en una ocasión:


    -Auri, ?has pensado en que tu madre regrese a familia Ramos?


    Sabrina dudó un momento antes de responder:


    -Se lo mencioné a mi madre, pero...


    Los ojos de Martín briron y rápidamente preguntó:


    -?Qué ha pedido? ?Dime! Si es algo que puedo hacer, lo haré sin dudarlo.


    Sabrina no quería decir nada al principio, pero Martín era el único en familia Ramos que trataba bien, además de ser su padre biológico.