Capítulo 282
Fabián intentó responder, pero voz cial del hombre lo silenció al instante.
-?Basta!
Con evidente disgusto, Fabián cerró boca mientras Sabrina se dirigía con serenidad al camarero que permanecía atento a sudo.
-Todo lo que rompi yo o lo que rompió se?orita, anótelo en cuenta del se?or Carvalho. La se?orita es el amor verdadero del se?or Carvalho, su querida, así que seguramente él pagará sin dudarlo. En cuanto a mí... -Sabrinanzó una mirada prante a André-. Como se?ora Carvalho, también debería tener el derecho de cargarlo a cuenta de mi esposo, ?no?
Sus pbras desataron de inmediato un torbellino de murmullos entre los presentes.
-Dios mío, ?se?ora Carvalho? ?E es esposa de André?
-El asunto de André con una mujer ha estado en boca de todos... ?Quién iba a pensar que ya
estaba casado?
-Se casó hace cinco a?os, solo que no hicieron una boda, fue un matrimonio discreto. Sin embargo, algunos en el círculo lo sabían.
-?Entonces qué fue eso de que estas dos personas haban tan dignamente sobre el amor verdadero del presidente Carvalho, su querida?
-?Qué más podría ser? Una amante, todos los hombres son iguales...
Las miradas despectivas de los presentes se varon en André y Araceli, creando un ambiente tan densoo irrespirable. Ante incómoda situación, Araceli apretó los dientes y dio un paso al frente con determinación.
-Esto es culpa mía, no recibí el brazalete que se?orita Ibá?ez me pasó, así que... yo lo pagaré.
Fabián saltó inmediatamente con expresión incréd.
-?Araceli, fue a propósito! ?Esa mujer lo hizo, con toda intención! ?Por qué vamos a pagar
nosotros?
-?Fabián! -lo cortó Araceli con semnte severo-. Yo no lo agarré bien, no es culpa de
se?orita Ibá?ez.
Se giró hacia Sabrina e inclinó su cuerpo en una reverencia respetuosa.
-Se?orita Ibá?ez, perdón por cómo me porté antes, lo siento mucho.
A pesar de sus disculpas, los ojos de Araceli briban enrojecidos, con lágrimas a punto de desbordarse,o si fuera víctima de una terrible injusticia. Sabrina respondió con una leve carcajada.
16:24
-Se?orita, este brazalete vale cinco millones. Me temo que todo el patrimonio de
El rostro de Araceli se transformó en una sonrisa desda, adoptando expresión de una inocente que ha sido víctima de una calumnia imperdonable.
-Yo... buscaré manera de pagarlo.
Fabián, incapaz de contener su indignación, se adntó con firmeza.
-?Yo pago por Araceli!
Sabrina esbozó una sonrisacida.
-Perfecto, entonces paga.
Cuando Fabián estaba a punto de sacar su tarjeta, recordó súbitamente que había invertido todos sus fondos disponibles y no contaba con suficiente efectivo en ese momento. André, percibiendo el aprieto en que se encontraba Fabián, intervino con rapidez.
-Fabián, váyanse tú y Araceli, todavía tengo pendientes aquí.
Una vez que multitud se dispersó, André enfrentó a Sabrina con mirada gélida. -Sabrina, ?crees que no me di cuenta que tiraste el brazalete a propósito?
El rostro de Sabrina permanecía imperturbable, sin mostrar temor ni sorpresa; continuaba sonriendo con absoluta tranquilidad.
-Siempre pensé que el se?or Carvalho no veía muy bien, pero parece que me equivoqué, el se?or Carvalho también tiene momentos de lucidez.
André no pudo ignorar el tono sarcástico que impregnaba cada pbra de Sabrina. Le sorprendió que no solo admitiera directamente su ión, sino que además lo hiciera con tal actitud desafiante. El hombre, con su mirada profunda, endureció su expresión.
-Dices que no estás en contra de Araceli, entonces ?cómo explicas lo que acabas de hacer?
Sabrina dibujó una sonrisa sutil en susbios.
-?No es exactamente lo mismo que se?orita me ha estado haciendo todo este tiempo? ?Qué pasa, ahora que le toca a usted, le duele?