Capítulo 223
"Probablemente todavía está esperando frente a puerta del registro civil.
André contempló este pensamiento con una indiferencia que contrastaba con inquietud queenzaba a invadirlo. Recordaba vivamente aque ocasión en que habían acordado visitar tienda de vestidos de novia para que Sabrina se probara uno. Justo ese día, de manera repentina, Araceli cayó enferma. La urgencia de situación borrópletamente de su mente elpromiso previo, y para empeorars circunstancias, batería de su celr se agotó en el momento más inoportuno. Cuando finalmente logró recuperar noción del tiempo, noche ya habia caido sobre ciudad.
Al mar a Sabrina, descubrió con sorpresa que e había permanecido en el lugar acordado durante todo el dia, esperándolo sin moverse. En aquel entonces, al enterarse, simplemente concluyó que esa mujer tenía algo de ingenua. Si él no había aparecido y era imposible contactarlo, ?por qué insistir en quedarse anda al mismo sitio en vez de aprovechar su tiempo? Sin embargo, ahora experimentaba una sensaciónpletamente distinta. Erao si hubiera descubierto una certeza reconfortante: sin importar cuándo decidiera aparecer, siempre habria alguien esperándolo fielmente en el mismo lugar,o un faro inmóvil en medio de tempestad. Aún no era tarde, podría acudir al registro por tarde y cumplir con el trámite pendiente.
-André, ?André? ?Me estás escuchando?
La voz de Araceli lo arrancó abruptamente de sus cavciones.
André giró su mirada hacia e, y solo al acercarse notó palidez enfermiza que aún dominaba el rostro de mujer.
-Sí-contestó en voz baja-. Lo sé.
El corazón de Araceli se hundió profundamente al escuchar aques pbras. Si André no tuviera intenciones de marcharse, jamás habría respondido que lo sabía. Apretó los dientes con disimulo, consciente de que él seguía pensando en encontrarse con Sabrina. Con un gesto sutil, buscó mirada de Fabián, quienprendió inmediatamente el mensaje y le devolvió una expresión tranquilizadora.
-André, quédate un rato con Araceli -dijo Fabián, posicionado estratégicamente detrás de él. Voy a preguntarle al médico si su condición ya está estable.
-Como quieras -respondió André con evidente desinterés.
Aproximadamente diez minutos después, Fabián regresó pa?ado del médico, cuyo semnte revba una seriedad profesional.
-Parece que los indicadores corporales de se?orita presentan algunas irregridades -explicó el médico con tono grave-. Se requiere un examen más exhaustivo.
André frunció el ce?o visiblemente preocupado.
14.59
-?Qué está pasando exactamente?
-Los valores en el informe médico de se?orita no son los adecuados, necesitamos realizar nuevas pruebas para confirmar su estado.
-Entonces hay que hacer otro examen -intervino Fabián, dirigiéndose a André- ?No ibas a llevar a Araceli ma?ana con ese médico mayor? Llévate el informepleto para que ese viejo terco entienda mejor situación y pueda darle el tratamiento correcto,
Las pbras de Fabián tenían sentido. André asintió levemente, en se?al de conformidad con el n propuesto.
Mientras tanto, Sabrina observaba su teléfono tras mada interrumpida, con una expresión de tensión contenida dibujada en su rostro.
"Araceli decidió enfermarse ni antes ni después, sino justamente hoy, precisamente a esta hora."
?Se trataba de una ión deliberada o una simple coincidencia? Si fuera intencional, realmente carecería de lógica. Después de todo, nadie deseaba más que propía Araceli que e
y André finalizaran su matrimonio. Hace unos momentos había escuchado que Araceli ya había concluido su tratamiento y estaba fuera de peligro inmediato. Aunque no pudieran formalizar el divorcio durante ma?ana, perfectamente podrían hacerlo por tarde. Solo necesitaría reprogramar su ensayo con Marcelo para otro momento.
Sabrina realizó una mada a Marcelo y posteriormente localizó una cafetería desde donde podía vigr perfectamente entrada del registro civil. Se odó en una mesa y se dispuso a esperar pacientemente a André. Siendo realista, durante este tiempo podría haber aprovechado para realizar otras actividades pendientes. Si André realmente acudía al lugar y no encontraba, seguramente maría. Sin embargo, sentía tanta ansiedad por concluir definitivamente este matrimonio que temía que André llegara durante su ausencia y, al no encontra, decidiera marcharse sin más. Por eso optó por permanecer inamovible en su posición.
Al llegar el mediodía, André no mostraba ninguna se?al de querer presentarse. Contempló su celr, que no registraba mensaje ni mada alguna, y con un leve movimiento de sus dedos, marcó nuevamente el número de André.
En esta ocasión, nadie respondió mada.
Cuando André se encontraba ocupado atendiendo asuntos rcionados con Araceli, habitualmente ignoraba cualquier mada externa.
Sabrina mantuvo calma, marcando con extraordinaria paciencia una y otra vez el número de André. Ya había aceptado el acuerdo de dejar todo en el pasado; hoy, de una forma u otra, necesitaba finalizar este matrimonio. Perdió noción del tiempo mientras insistía cons madas, hasta que finalmente, alguien respondió el teléfono que había estado sonando insistentemente sin obtener respuesta.