Capítulo 207
Thiago había recibido una educación de élite desde su más temprana infancia. Habilidades fundamentaleso natación formaban parte de su formación básica desde que apenas contaba con unos a?os de vida. En su exclusivo jardín de ni?os,s ses de natación constituían una materia obligatoria, pues en determinadas circunstancias, saber nadar podría resultar vital para seguridad de cualquier ni?o. Incluso ens evaluaciones finales, se realizabanpetencias que ponían a prueba sus destrezas acuáticas.
Romeo, por el contrario, aún desconocía el arte de mantenerse a flote. El a?o anterior había sufrido un idente al caer al mar, experiencia que le había dejado un profundo trauma rcionado con el agua. Sin embargo, él mismoprendía necesidad de aprender esta habilidad, y se había propuesto vencer su miedo antes de finalizar el curso.
-No te preocupes, Romeo -dijo Sabrina con voz cálida-. Todos aprendemos a nuestro ritmo. Estoy segura que pronto superarás ese miedo.
Thiago quedó paralizado, con respiración entrecortada. Casi había olvidado su propia capacidad para nadar, absorto en los celos que lo consumían.
Momentos antes, mientras los seguía sigilosamente, Romeo lo había descubierto con facilidad.
-?Qué haces aquí? -preguntó Romeo con tono desafiante-. Nos has seguido todo el camino, ?no te da vergüenza?
Thiago, ya furioso por interión afectuosa que había presenciado entre Romeo y Sabrina, respondió con veneno en cada pbra:
-Soy el hijo de mamá. Aunque te trate bien, jamás podrás tomar mi lugar.
-Yo puedo ma mamá, pero tú solo puedes decirle se?orita Sabrina -continuó con crueldad-. Esa es diferencia entre nosotros.
-Si mamá no me ha ahora, es solo porque está molesta conmigo -a?adió con desdén-. Tú no eres más que un reemzo temporal.
-?Quieres apostar? Con solo pedirle perdón y portarme un poco mimado, mamá volverá conmigo y se olvidará de ti.
Las pups de Romeo se contrajeron violentamente. A pesar de que solía enfrentarse a Thiago y había logrado ganarse el cari?o de se?orita Sabrina en varias ocasiones, en su interior sabía perfectamente que Thiago ocupaba un lugar privilegiado en el corazón de e. Pero Romeo no tenía prisa; confiaba en que si continuaba siendo atento y cari?oso con se?orita Sabrina, eventualmente su posición superaría a de Thiago.
Sin embargo, su juventud le impedía tener paciencia de un adulto. Una cosa era reconocer esta realidad en silencio, y otra muy distinta escuchar a Thiago promarlo con tanta seguridad. El temor se apoderó de él alprender que su lugar en el corazón de Sabrina aún era frágil, y que si Thiago realmente se disculpaba, probablemente recuperaría todo su afecto.
14:54
Capitulo
"No puedo permitir que me arrebate a se?orita Sabrina."
Al girar cabeza, Romeo contempló elgo cercano y recordó aquel incidente en
que Araceli fingió caerse pors escaleras para incriminar a Sabrina. Si no hubiera sido por el video que él mismo grabó, se?orita Sabrina habría sido injustamente acusada por Thiago y el se?or Carvalho. Una idea peligrosaenzó a formarse en su mente.
-Si soy tan poca cosao dices -pronunció con intención-, ?por qué se?orita Sabrina me contó ese secreto sobre ti?
Thiago mordió el anzuelo instantáneamente.
-?Secreto? ?De qué estás hando?
-No pienso decírtelo -respondió Romeo, caminando provocativamente hacia ori delgo-. Mejor voy a buscar a se?orita Sabrina.
La curiosidad infantil es una fuerza imparable. Thiago, incapaz de resistir tentación de descubrir qué confidencia habríapartido su madre con aquel intruso, lo siguió impulsivamente.
-Romeo, dime ya qué dijo mi mamá.
-No, no y no.
En medio del forcejeo que siguió, Romeo cayó al agua en un movimiento perfectamente calcdo. Antes de sumergirse, mostró una sonrisa triunfal que revba toda su estrategia.
-Si le digo a se?orita Sabrina que tú me empujaste, solo se quedará a mido para
cuidarme.
Thiago jamás anticipó semejante jugada. Quedó petrificado por un instante, y cuando logró reionar, Romeo ya se encontraba en el agua, chapoteando desesperadamente y mando por auxilio.