Capítulo 205
La expresión de André se transformó instantáneamente, cada músculo de su rostro tensándoseo si hubiera recibido una descarga eléctrica. -?Qué dijiste?
-?Thiago se cayó algo y ambncia ya lo llevó al hospital! -exmó el subordinado al otrodo de línea, con un tono que dtaba gravedad de situación.
En el parque de diversiones, el ambiente festivo que rodeaba a Sabrina se desvanecióo nie matutina tras recibir mada de André. La luz de sus ojos se apagó, sustituida por una sombra de molestia que enturbiaba su semnte.
Romeo, observánd con aque madurez impropia de su edad, se acercó a e con pasos calcdos.
-Se?orita Sabrina, si Thiago desapareció, mejor vamos a buscarlo. Si no, aunque sigamos en los juegos, no vamos a disfrutar nada.
La mirada de Sabrina tembló ligeramente,o ma de una v expuesta a una corriente imperceptible. Las pbras del peque?o habían tocado algo dentro de e.
-Thiago y yo vamos al mismo kínder y somos amigos. Si le pasó algo, me voy a sentir muy mal -a?adió Romeo, con una honestidad que conmovía por su pureza.
Sabrina contempló a Romeo con una miradapleja, cargada de pensamientos contradictorios. Recordaba perfectamente cómo Thiago molestaba constantemente a Romeo en el jardín de ni?os. La maestra había mado en dos ocasiones para resolver esos conflictos que parecían no tener fin. Sin embargo, ahí estaba Romeo, refiriéndose a Thiagoo su amigo, sin rastro de rencor en su voz o en sus gestos. Su capacidad para perdonar resultaba conmovedora en un mundo donde los adultos cultivaban resentimientoso si
fueran tesoros.
Gabriel, que había permanecido en silencio hasta entonces, intervino con aque naturalidad que lo caracterizaba.
-Vamos a buscarlo. A fin de cuentas, Thiago es tu hijo. Aunque fueran otros ni?os del kínder, también los ayudaríamos a buscar.
Elentario, aparentemente despreocupado, revba verdadera naturaleza de Gabriel: bajo aque fachada de ligereza se escondía un corazónpasivo. Quizás solo alguien con esa profundidad emocional podría haber criado a un ni?o tan dulce yprensivoo Romeo, pensó Sabrina. La bondad que manifestaba el peque?o no era idental, sino el reflejo de lo que veía a diario en su padre.
Tras unos momentos de reflexión interna, Sabrina asintió suavemente, ediendo sin pbras a propuesta.
Mientras se dirigían hacia salida, Romeo se detuvo abruptamente,o si algo hubiera
14:54
Capitulo
captado su atención. Su mirada quedó fija en un punto distante, con una intensidad inusual para un ni?o de su edad.
-Romeo, ?qué pasa? -preguntó Sabrina, notando el súbito cambio en suportamiento.
El peque?o pareció regresar de algún lugar lejano.
-No... nada... Papá, se?orita Sabrina, primero quiero ir al ba?o.
-?Quieres que te pa?e? -ofreció Sabrina instintivamente.
-No, no-respondió Romeo con una rapidez que resultaba casi sospechosa-. Yo puedo ir
solo.
Romeo siempre había mostrado una independencia notable para su edad; rara vez necesitaba supervisión adulta para estas cuestiones cotidianas. Su autonomía era un rasgo que Sabrina había advertido y admirado desde el principio.
-Está bien, si necesitas algo, llámame -concedió Sabrina con un gesto de asentimiento.
Apenas Romeo se alejó, el teléfono de Sabrina vibró en su bolsillo. Al examinar panta,probó que era André nuevamente. Con un gesto decidido, rechazó mada, apretando el botón con más fuerza de necesaria. Tiempo atrás, ver el nombre de André iluminando su panta habría acelerado su pulso con una mez de ilusión y expectativa. Ahora, sin embargo, solo despertaba en e una molestia profunda,o si cada intento deunicación fuera una invasión a su espacio.
El teléfono volvió a vibrar insistentemente,o si André se negara a aceptar su rechazo.
Gabriel, observando escena con discreción, captó esencia de lo que ocurría. -Mejor contesta. Si Thiago desapareció, ha de estar muy preocupado.
Las pbras de Gabriel, cargadas de sensatez, hicieron que Sabrina asintiera levemente. No era preocupación por los sentimientos de André lo que movía, sino certeza de que, si no atendía, él continuaría importunánd indefinidamente.
Trasunicarle brevemente su decisión a Gabriel, Sabrina se apartó buscando un rincón tranquilo donde pudiera har sin interrupciones. Finalmente respondió, con un tono que no
ocultaba su fastidio.
-?Thiago desapareció? Pues búscalo y ya deja de molestarme.
-Estás en el parque de diversiones, y Thiago también está allí voz de André era baja y cortante-. Sabrina, ?todavía vas a decir que Thiago no está contigo? Sabrina casi estalló en una risa amarga, una risa que emergía de indignación. -Estoy en el parque, Thiago también está en el parque, ?y eso significa que está conmigo? Hay miles de personas aquí, ?por qué no dices que está con cualquier otra persona?
-Entonces dime, ?por qué estás en el parque y él también? -replicó André con frialdad.