Capítulo 194
Araceli enterrós u?as en sus palmas hasta rompes, pero el dolor palideció frente a humición que consumía. Cuando alguien domina un arte, reconoce instintivamente maestría superior, y en lo profundo de su ser, entendía una verdad innegable: jamás podría superar a Sabrina, sin importar cuántas oportunidades tuviera. Sus mandíbs se tensaron al punto de casi fracturar sus dientes, mientras su mirada hacia Sabrina se transformaba, revndo por primera vez un rencor crudo y descarnado que ya no podía disimr. "?Realmente voy a perder ante Sabrina? ?Por qué tiene que ser así?“, se preguntaba con desesperación interior.
-Araceli, acepta tu derrota con dignidad -intervino André con voz ra y firme.
Nadie había anticipado que Sabrina pudiera vencer a Araceli, incluso él mismo lo dudaba. Aunque careciera de conocimientos musicales y favoreciera constantemente a Araceli, en este momento no podía enga?ar a su conciencia afirmando que e superaba a Sabrina. Cualquier persona con mínima sensibilidad artística reconocería que interpretación de Sabrina poseía una profundidad emotiva y una belleza que transcendía lo tico.
El cuerpo de Araceli temba visiblemente, presa de una impotencia desconocida hasta entonces. Desde su regreso al país, siempre había mantenido a Sabrina bajo su control; y aunque hubiera enfrentado situaciones vergonzosas, André invariablemente había intervenido a su favor. Pero hoy, ni siquiera él acudía en su rescate.
-?La se?orita necesita ayuda para quitarse el cor, o prefiere que lo haga yo? - preguntó Sabrina con serenidad al ver inmovilidad de Araceli.
-Esta vez... ciertamente se?orita Ibá?ez fue superior -cedió Araceli con los ojos enrojecidos, soportando humición mientras se quitaba el cor.
Con tantas miradas fijas en e, negarse a cumplir significaría perder el último vestigio de dignidad. Tomó una respiración profunda intentando apaciguar el torbellino de emociones que sacudía.
-Se?orita Ibá?ez, aquí tienes -dijo mientras se lo entregaba.
No le importaba realmente devolver ese cor, aunque llevarlo diariamente había sido su forma de provocar a Sabrina. Devolverlo tampoco representaba una pérdida significativa. Pero ese Astra Aestiva... Una determinación férrea cruzó su mirada. "Lo conseguiré cueste lo que cueste", juró para sí misma.
Sabrina contempló el cor que ahora descansaba en su mano, ese objeto tan familiar, mientras una fina capa de lágrimas vba sus ojos. André observó en ese preciso instante y sus pups se contrajeron levemente. "?Ese cor realmente significa tanto para e?", se preguntó, mientras susbios se movíano si quisieran pronunciar algo.
-Es cierto que no hay nada mejor que depender de uno mismo...
Afortunadamente, Sabrina ha sido valiente y ha luchado por lo que es suyo. De lo contrario, sus cosas habrían sido regdas
a otros de una en una intervino Dani con tono insinuante, adntándose a cualquier
12
21:02
Capítulo 194
Sabrina, recuperando supostura, guardó el cor junto a su cuerpo y giró para enfrentar a Fabián.
-Entonces, se?or Guerrero, ?qué hay de usted?
-Sabrina, yo... solo estaba bromeando contigo, ?no querrás que me arrodille ydreo un perro, verdad? -respondió Fabián con una expresión más amarga que si hubiera probado hiel.
Sabrina elevó su mirada hacia él. Este hombre, que tantas veces había provocado, finalmente había agotado el último resquicio de su paciencia. Nunca había tenido oportunidad de darle una lión, pero ahora que él mismo se había acercado para apostar, ocasión perfecta se presentaba ante e.
-Se?or Guerrero, un hombre debe cumplir su pbra. Mira, se?orita, una joven, cumplió con su promesa después de perder. ?No vas a ser menos que una se?orita? -dijo Sabrina con una sonrisa aparentemente inocente pero cargada de firmeza.
Al usar a Aracelio ejemploparativo, Sabrina dejó a Fabiánpletamente desarmado. Recorrió con mirada a multitud que los rodeaba y elevó deliberadamente su
VOZ.
-Fabián, muchas personas aquí probablemente tienen rcioneserciales con el Grupo Guerrero. No hagas que tu familia Guerrero y tu empresa queden en ridículo.
-?Sabrina, te atreves a amenazarme? -respondió él con los ojos encendidos de furia mientras
rechinaba los dientes.
93
-o
21:02