Capítulo 152


    Romeo esbozó una mueca de absoluta indiferencia.


    -Ni siquiera quiero que él sea mi papá. Me tiene sin cuidado si me cree o no.


    Con esa breve deración, dejó a Aracelipletamente desarmada.


    De pronto, Romeo le dedicó una sonrisa dulce a Araceli, transformando porpleto su semnte.


    -Se?orita, todo lo que sabes hacer, yo también puedo hacerlo... y mucho mejor que


    tú.


    Antes de que Araceli pudiera procesar sus pbras, observó con asombro cómo Romeo se pellizcaba el brazo con evidente fuerza. Sus ojos enrojecieron al instante y su rostro se contrajo en una expresión de profundo sufrimiento.


    -Se?ora Vargas, perdóneme. La verdad es que no escuché nada...


    Romeo se desplomó en el suelo, abrazándose a sí mismo mientras temba visiblemente.


    -Por favor, ya no me pegue más, ?sí?


    Araceli quedó paralizada ante semejante actuación.


    Thiago, parado junto a e, tampoco supo cómo reionar.


    El silencio dominaba el pasillo, permitiendo que voz temblorosa de Romeo resonara con ridad por todo el espacio.


    Araceli, movida por un impulso natural, intentó levantar a Romeo del suelo.


    En ese preciso instante, una voz potente y furiosa retumbó desde el extremo del corredor.


    -?Araceli, ?qué diablos le estás haciendo a Romeo?!


    Sabrina apartó a Araceli de un empujón.


    -Romeo, ?estás bien?


    En su desesperación por revisar al ni?o, Sabrina lo sujetó con excesiva brusquedad.


    Araceli emitió un grito ahogado cuando cayó al suelo.


    André Carvalho, quien acababa de salir de oficina del director, contempló


    escena y su rostro se endureció. Se acercó de inmediato para ayudar a Araceli a incorporarse.


    -Sabrina, te estás pasando.


    Sabrina respondió con frialdad absoluta:


    -?Lárgate!


    Las maestras del jardín de ni?os rodearon a Romeo con evidente preocupación.


    18.27


    Capitulo 152


    -Romeo, ?qué sucedió?


    Entre sollozos entrecortados, Romeo explicó:


    -Vi a se?ora Vargas llevando a Thiago a un rincón sin cámaras y me preocupé,


    así que los seguí. Entonces escuché a se?ora Vargas susurrándole algo a Thiago...


    Los ojos de Sabrina se entrecerraron con suspicacia.


    -?Qué les oiste decir?


    Romeo levantó el brazo para secarses lágrimas, dejando al descubiertos marcas rojizas de los pellizcos.


    -Yo... no escuché nada.


    Mientras haba, dirigió a Araceli una mirada cargada de miedo.


    -Se?ora Vargas, no escuché nada, de verdad...


    Al notars marcas en el brazo del ni?o, el semnte de Sabrina se endureció.


    -Romeo, no tengas miedo. Estoy aquí contigo. Nadie va astimarte. Cuéntame todo lo que oíste, se?orita Sabrina está aquí para protegerte.


    Reconfortado pors pbras de Sabrina, Romeo pareció armarse de valor.


    -Esta se?ora Vargas le dijo a Thiago que usted y yo impedimos que el doctor lo salvara porque queríamos que Thiago se muriera.


    -También le advirtió que no debía decirselo a nadie, pero Thiago casi lo suelta por idente. Y aparte...


    -Dijo que el se?or Carvalho está mintiendo. Que en realidad sí le importa Thiago y que fingió que nosotros lo salvamos porque su rción con usted anda mal...


    Un silencio sepulcral invadió el ambiente.


    Araceli,pletamente desconcertada, intentó defenderse:


    -No, André, yo no lo empujé... él se tiró solo para hacerme quedar mal... Si no me creen, pregúntenle a Thiago.


    Araceli jaló del brazo a un confundido Thiago.


    -Thiago, tú lo viste todo, diles a todos que yo no hice nada, que este ni?o está inventando todo. -?Inventando? -Sabrina soltó una risa sarcástica mientras vaba su mirada en Thiago-. Thiago, ahora, frente a todos, dinos si Romeo está mintiendo o no.


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