Capítulo 91
-?Por qué no me entregas esa prenda? Me siento responsable por habe manchado con sopa... Déjame limpia por ti -suplicó Araceli con tono meloso.
Sabrina permanecía inmóvil tras puerta, incapaz de distinguir sus rostros mientras su corazóntía frenéticamente contra su pecho.
André mantuvo un silencio prolongado antes de responder con voz impasible:
-No hace falta.
Su tono carecíapletamente de emoción,o si aque prenda, dise?ada con tanto amor por Sabrina, no fuera más que un simple objeto sin valor alguno.
"?Cómo puede trata con tanta indiferencia? Esa chaqueta hice especialmente para él," pensó Sabrina mientras apretaba los pu?os, sintiendo una punzada de dolor atravesarle el pecho.
-He notado que últimamente usas con frecuencia. Parece haberse convertido en una de tus favoritas, ?no es así? André, insisto en responsabilizarme por mi torpeza. Te aseguro que quedará perfecta después de que me encargue de e...
La voz de Araceli cambió repentinamente, adoptando un tono quebradizo que dtaba lágrimas contenidas.
-?Acaso ya no soportas mi presencia? ?Es por eso que rechazas mi ofrecimiento de limpiar chaqueta?
-No.
Entre sollozos apenas audibles, Araceli insistió:
-?De verdad no es eso?
-Así es.
-Entonces... ?me permitirías encargarme de esta prenda?
El silencio que siguió pareció prolongarse eternamente, cada segundo perforando
el corazón de Sabrinao una aguja invisible.
-Está bien-concedió finalmente André.
Araceli esbozó una sonrisa entre lágrimas.
-Te devolveré impecable, lo prometo.
Poco después de concluir conversación, Sabrina escuchó los pasos firmes de André abandonando habitación. Temerosa de encontrarse con él en aquel pasillo estrecho, esperó más de media hora antes de aventurarse a salir de su escondite, con el corazón todavía agitado por lo que había presenciado.
17:48 1
Capitulo 91
Al llegar al vestíbulo principal, divisó a dos jóvenes enfermeras que caminaban discutiendo mientras sostenían una prenda dolorosamente familiar para e.
-Vaya, gente adinerada vive en otro mundo. En lugar devar una simple chaqueta manchada, prefieren deshacerse de eo si nada.
-?Tienes idea de quién es André Carvalho? Con su fortuna, podría permitirse tirar un conjuntopleto cada día durante varias vidas y ni siquiera lo notaría.
-Esta prenda parece de excelente calidad, seguramente costó una fortuna. Si se?orita no hubiera ordenado específicamente que tiráramos, me llevaría a casa sin dudarlo.
-Olvidalo. Lo que ellos desechan no es apropiado que nosotras lo usemos. Mientras continuaban su animada cha, arrojaron descuidadamente chaqueta al contenedor de basura antes de alejarse por el pasillo.
Una vez que desaparecieron de su vista, Sabrina se acercó temblorosa al basurero y extrajo prenda. Efectivamente, era el regalo que con tanto amor había confionado para André. Contempló chaqueta entre sus manos, apretánd con tal fuerza que sus nudillos palidecieron mientras una lágrima silenciosa resbba por su meji.
Tras descubrir traición de Jorge, Sabrina abandonó toda esperanza de recibir noticias suyas y se dirigió directamente as oficinas centrales del Grupo Carvalho, determinada a confrontar situación.
Al cruzars puertas principales, dos recepcionistas impecablemente vestidas interceptaron su paso con profesional cordialidad.
-?A quién busca, se?orita? -inquirió una de es con sonrisa ensayada.
Sabrina se detuvo, irguiendo ligeramente cabeza.
-Vengo a ver a André.
Al mencionar aquel nombre,s sonrisas artificiales se desvanecieron instantáneamente, dando paso a miradas cargadas de incredulidad y recelo.
-?Tiene algún asunto pendiente con el presidente Carvalho? -preguntó una de es con tono repentinamente formal.
"?Por qué me mirano si fuera una impostora?" se preguntó Sabrina mientras sentía cómo el escrutinio de aques mujeres atravesaba,
-Es un asunto de suma importancia -respondió con firmeza.
La otra recepcionista frunció el ce?o visiblemente.
-?Cuenta usted con una cita previa?
Evidentemente, no tenía.
213
17:48
Capitulo 91
Impulsada por urgencia de encontrarse con André, Sabrina deró sin rodeos:
-Soy se?ora Carvalho y necesito har con mi esposo sobre un tema urgente.
Las recepcionistas intercambiaron miradas deplicidad y desconfianza. -Lamentamos informarle que no reconocemos.
"Así
que nadie aquí conoce a esposa de André," pensó Sabrina con amargura, sintiendo cómo su corazón se encogía ante esta nueva humición.
Una des recepcionistas, con mirada astuta y sonrisa tensa, sentenció:
-El presidente Carvalho ha establecido ramente que sin cita previa, ninguna persona externa puede eder as instciones.
-Se?orita, si verdaderamente es usted se?ora Carvalho, le rendaríamos contactar directamente con el presidente... Nosotras solo seguimos el protocolo establecido y únicamente podemos permitir el paso a quienes él nos indique expresamente.
17.48