Capítulo 59
El hombre de presencia magnética cruzó el umbral con determinación inalterable.
Su rostro era una obra maestra de genética, líneas definidas que evocaban admiración silenciosa. Cada movimiento destba un dominio natural del espacio que lo rodeaba. Una energía poderosa y sutil se desprendía de su figura, provocando que los presentes contuvieran respiración ante su proximidad.
Al distinguirlo, Sabrina tensó los músculos de sus manos hasta formar dos pu?os perfectos, mientras un destello de indignación atravesaba su mirada.
Los periodistas, hambrientos de deraciones, rodearon a Andréo depredadores ante una presa valiosa.
-Se?or Carvalho, ?viene a cumplir con su responsabilidad moral y entregar a esta criminal as autoridades? -preguntó uno, acercando descaradamente su grabadora.
-Se?or Carvalho, sobre el incidente donde su esposa atropelló a se?orita Araceli, usted ha permanecido en silencio mientrass redes arden con teorías... ?Debemos interpretar que también considera culpable a su esposa? -cuestionó otro, ajustando su cámara.
-Se?or Carvalho, ?iniciará los trámites de divorcio con Sabrina? nzó un tercero sin sutileza alguna.
Los reporteros lo asediaban, capturando cada ángulo de su rostro con shes incesantes.
La expresión de André permanecía imprable, serenao superficie de ungo en
calma absoluta.
-Permitan espacio, por favor -pronunció con voz neutra pero autoritaria.
Su semnte no revba emoción perceptible, su mirada transmitía una quietud inquietante que, al posarse sobre los presentes, parecía congr cualquier intención de desafiarlo.
La multitud, sobrecogida por su aura, retrocedió instintivamente sin necesidad de insistencia física.
André avanzó entre el gentío y se dirigió a Iván, quien aguardaba fielmente a su nco:
-Despeja s, cancelen conferencia de prensa.
Al escuchar sus pbras, un murmullo colectivo de descontento recorrió estancia.
André, indiferente a reión general, continuó su trayecto con pasos medidos y elegantes directamente hacia donde Sabrina permanecía en el escenario.
Una risa cristalina pero cargada de ironía escapó de losbios de Sabrina.
-El distinguido se?or Carvalho canc conferencia porque teme que exponga
verdadesprometedoras sobre cierta se?orita, ?le aterroriza que descubramos su peque?o secreto? -proyectó su voz con ridad deliberada por encima del bullicio.
17.16
Al percibir intervención de Sabrina, todass miradas convergieron nuevamente en e, y el bombardeo de shes se intensificó con renovado interés.
-?Secreto? ?Qué está ocurriendo realmente?
-?Habrá un giro inesperado en esta controversia?
-Si Sabrina ha organizado esta conferencia, seguramente posee evidencias contundentes.
André ascendió al escenario con aplomo. Sus ojos, profundoso abismos insondables, se varon en los de e.
-Conversaremos en privado -sentenció mientras sujetaba su mu?eca con firmeza.
Sabrina retrocedió instintivamente, liberándose de su agarre con desdén evidente.
-?Por qué en privado? ?Acaso pretendes que continúe cargando con responsabilidad que corresponde a tu querida se?orita mientras soporto el escrutinio público?
La mirada de André se tornó aún más severa.
-Me haré cargo personalmente de resolver esta situación. Retirémonos ahora.
Sabrina dejó escapar una risa desprovista de humor.
-André, esteportamiento no es característico de ti.
"Comprende perfectamente que si revelo verdad, Araceli quedará destruida, por eso insiste
en contrr narrativa. ?Dónde estaba cuando fui crucificada en redes
sociales? Seguramente consndo a Araceli en su habitación de hospital, prometiéndole solucionar sus problemas y castigar a esta supuesta ''criminal'' questimó."
André manifestó signos de impaciencia creciente.
-Sabrina, ?hasta cuándo persistirás con esta actitud?
-?Esta actitud? -replicó e con mirada cial-. ?En tu percepción, se ma ''actitud'' no rendirme ante Aracelio tú lo haces descaradamente?
Consciente de su posición vulnerable, André guardó silencio momentáneamente.
-Te proporcionaré una explicación satisfactoria y restauraré tu reputación. Sabrina, no desearás que el mundo entero presencie nuestros conflictos personales, ?verdad?
Sabrina lo contempló analíticamente antes de responder:
-De acuerdo, conversemos primero.
El semnte de André se suavizó ligeramente.
Sabrina giró sobre sus talones y se encaminó hacia el área tras bastidores.